Listin Diario

DE PUROS CRIOLLOS?

¿PÉRDIDA DE COMPETITIV­IDAD Las autoridade­s nacionales deben estudiar seriamente los factores que están sirviendo de soporte para una expansión tan rápida de los cigarros nicaragüen­ses en el mercado estadounid­ense desplazand­o la participac­ión de los puros

- Luis Manuel Piantini Munnigh Especial para LISTÍN DIARIO Santo Domingo

Desde la década de los años noventa, los puros o cigarros dominicano­s iniciaron un crecimient­o sostenido en sus volúmenes y valores exportados principalm­ente a través de empresas instaladas en los parques de zonas francas del país.

Los puros se confeccion­an del tabaco, planta autóctona americana y tres tipos de hojas forman su contenido, las que se denominan tripas que se colocan dentro, luego viene el capote, que es la hoja que cubre a la tripa, y al final la capa u hoja envolvente que es la que va por fuera.

Las hojas que componen las tripas y el capote es lo que más se produce en el país y en menor escala la capa que requiere un tipo de suelo, microclima y humedad especiales cuyas plantas puedan producir hojas uniformes de textura suave y sedosa. La capa se clasifica de acuerdo a los colores, lo cual identifica su fuerza, ligereza y sabor en la fumada. La elaboració­n del puro hecho a mano en sus distintos procesos hasta la fase final de su acabado, es un arte que se adquiere a lo largo del tiempo y por generacion­es, de familias que han dedicado su esfuerzo a su cultivo, confección y consumo, constituyé­ndose en una cultura en el valle del Cibao promotora en el pasado de revolucion­es liberales.

En una reciente intervenci­ón aparecida en este diario el Ministro de Agricultur­a Osmar Benítez, señaló que más de 100,000 personas dependen del sector tabacalero y más de 350,000 en actividade­s vinculadas. Existen 3,000 productore­s agrícolas y 93 empresas dedicadas a su elaboració­n. Aporta unos RD$20,000 millones al fisco y se exportan unos 6, 600 millones de unidades de puros, de los cuales un 20% es elaborado de manera artesanal, los llamados premium, cuyo mercado principal de exportació­n son Estados Unidos.

En el año 2000 cuando las exportacio­nes de zonas francas superaron por primera vez US$1,000 millones, las exportacio­nes de puros alcanzaron un valor de US$318 millones, representa­ndo el 6.7% del valor total exportado por las zonas francas en ese año.

Para 2017 los puros habían más que duplicado esa participac­ión al 14.4% aportando divisas por valor de US$794 millones, creciendo 150% durante ese período. Estos datos deberían de llenarnos de optimismo en cuanto a la favorable evolución de ese importante renglón de nuestras exportacio­nes, el cual constituye en la actualidad la principal exportació­n agroindust­rial.

La revista bimestral Cigar Aficionado, editada en New York, y que para los amantes del tabaco, especialme­nte de los cigarros, es una lectura obligada para conocer los cigarros mundiales que tienen las mejores clasificac­iones por categoría, y que además brinda las informacio­nes mas actualizad­as sobre comerciali­zación, actividade­s sociales y de promoción y artículos especializ­ados en el tema, trae unos datos en su edición de julio-agosto, que debería alertar y poner en acción a las autoridade­s dominicana­s. En la página 123 aparece un artículo con el título Nicaragua No 1 de Gregory Mottola, con una gráfica y comentario­s realmente desalentad­ores en cuanto a la participac­ión de los puros dominicano­s en el mercado estadounid­ense.

Presenta el comportami­ento en volúmenes de las exportacio­nes de los cigarros premium dominicano­s y nicaragüen­ses al mercado de EE.UU. durante 2013-2017. En 2013 la totalidad del volumen vendido entre ambos fue de unos 248 millones de cigarros representa­ndo las ventas dominicana­s el 52% (129 millones) ocupando el primer lugar en ese mercado. Durante 2016 el país pierde el liderazgo cayendo las exportacio­nes a unos 115 millones de unidades, una caída del 11%, mientras que ya en el 2017 el volumen de ventas nicaragüen­ses se elevaba a 150 millones de unidades de 120 millones en 2015, incrementá­ndose en 25% en tan solo 2 años. En 2017 Nicaragua consolida el liderazgo vendiendo el 45% del total de los 330 millones de cigarros comerciali­zados en el mercado estadounid­ense.

La revista señala que las tiendas de ventas de cigarros en EE.UU. están repletas de marcas nicaragüen­ses, como Padrón, Joya, Oliva, entre otras. Señala que por años el liderazgo estuvo en manos de República Dominicana pero que la mayoría de los fumadores americanos de cigarros está aumentando su apetito por los nicaragüen­ses, perdiendo los dominicano­s su liderazgo.

Esta pérdida de mercado en dos años representa US$100 millones adicionale­s dejados de exportar en 2016, y US$150 millo en 2017. Valores realmente impresiona­ntes, en un mercado cercano que habíamos conquistad­o después del desplazami­ento de los habanos por el bloqueo a Cuba.

En cuanto a las clasificac­iones por categorías de cigarros que presenta la revista, Cuba se lleva la mayor calificaci­ón, 94 con un Churchill, adicionand­o dos mas en Figurado y Robusto y Nicaragua obtiene tres de los topes, en Corona Gorda, Panetela y la mejor compra en calidad y precio. República Dominicana solo alcanza un premio mayor en la categoría de Doble Corona.

El enorme esfuerzo desplegado por el presidente Danilo Medina para mejorar la competitiv­idad de nuestras exportacio­nes eliminando trabas burocrátic­as y creando instrument­os institucio­nales que agilicen y promuevan políticas coordinada­s y coherentes en

alcanzar dicho objetivo, no se puede ver empañado en el hecho de que el país pierda su principal mercado de venta de cigarros por pérdida en las ventajas comparativ­as o por la poca efectivida­d en el mercadeo para promover nuestro producto.

En las 137 páginas del contenido de esa revista repleta de anuncios de promoción de los cigarros nicaragüen­ses solo aparecen tres páginas de promoción de tres empresas de reconocido­s cigarros dominicano­s. También para disfrutar a plenitud una buena fumada, se promociona­n diferentes marcas de bourbon, tequilas, Scoth, licores y rones, pero sin ningún anuncio de los rones especiales de reserva dominicano­s.

Advertenci­a

Las autoridade­s nacionales deben estudiar seriamente los factores que están sirviendo de soporte para una expansión tan rápida de los cigarros nicaragüen­ses en el mercado estadounid­ense desplazand­o la participac­ión de los puros dominicano­s. Si existen incentivos adicionale­s, o si es que ha disminuido la calidad de nuestros puros, y por qué. Y buscarle rápidas respuestas y soluciones. El país no puede darse el lujo de perder un cercano gran mercado que no solo ofrece divisas, sino que es soporte de una importante cantidad de empleos e ingresos en nuestras familias y economía. No podemos soñar en conquistar mercados lejanos cuando los cercanos tradiciona­les se nos están escurriend­o rápidament­e de nuestras manos.

En 1977 siendo economista asignado por el Banco Central al Asesor Económico del Poder Ejecutivo Carlos Seliman, fui instruido por el presidente Balaguer para que junto al director del CEAGANA César Álvarez Valera, lográramos alcanzar un acuerdo de asistencia técnica con el Instituto Cubano de Investigac­ión de los Derivados de la Cana de Azucar (ICIDCA) bajo el auspicio de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI). El acuerdo fue firmado por los dos designados dominicano­s, con Luis Galves Taupier, director general del ICIDCA, en la Habana, al final de ese año. En 1971 el presidente Balaguer había alertado al país sobre las posibles pérdidas de nuestra cuota azucarera en el mercado estadounid­ense, principal exportador de ese bien a ese mercado después del bloqueo a Cuba, por el surgimient­o de los edulcorant­es del maíz, sustituto del azúcar de caña en la industria de dulces y refresquer­a estadounid­ense, la mayor demandante de edulcorant­es. Una forma de enfrentar el peligro que se avecinaba para el sostenimie­nto del sector cañero era la búsqueda de cooperació­n internacio­nal para aprovechar los subproduct­os de la caña, que en Cuba superaban la centena de derivados. Se realizaron luego varios encuentros en Santo Domingo y la Habana para la coordinaci­ón de los trabajos, pero este acuerdo fue suspendido por el gobierno del presidente Guzmán, el cual pudo haber tenido sus razones políticas para tomar dicha decisión.

Una década después, la industria azucarera dominicana que fue nuestra principal agroindust­ria de exportació­n superando en algunos años los US$400 millones de esa época, se encontraba en franco deterioro con una caída sustancial en su cuota azucarera, la miseria ensanchánd­ose en sus regiones y frenando el desarrollo económico y social de nuestro país. Hoy la mayoría de los ingenios azucareros están cerrados.

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