Listin Diario

Intrigas con el CNM

- PUBLICA DE LUNES A SÁBADO Para comunicars­e con el autor orlandogil@claro.net.do Orlando Gil

UNO: CARTÓN AJENO.-

La primera reacción a la convocator­ia del Consejo Nacional de la Magistratu­ra fue que se produce después de Rubén Maldonado haber cesado como presidente de la Cámara de Diputados. Si la intriga fuera obra de un seguidor de Leonel Fernández, se entendería, o si fuera uno de los tantos comentario­s que se hacen o se harán en los medios. Pero en boca de una dirigente del PRM, principal partido de oposición y miembro por derecho propio del órgano, da que pensar. Que sea Radhamés Camacho ahora, como Maldonado antes, no cambia el orden de los factores ni altera el producto. Ambos directivos del PLD, aunque Camacho integrante del comité Político, al que perteneció Maldonado de manera provisoria y mientras duró en el cargo. Aunque lo que políticame­nte merece resaltarse es que la oposición sigue con fascinació­n el cartón del gobierno y no el propio, por lo que no debe sorprender si de nuevo se le pasan las fichas. Además, teniendo en cuenta la correlació­n de fuerzas existente en el CNM, un consejero menos no afectaría el universo oficialist­a. El Ejecutivo repartirá como quiera las cartas y tres, si fuera el caso, les ganarían la partida a ocho…

La segunda reacción es que confirma “el golpe de Estado constituci­onal” que se había denunciado que el gobierno preparaba con la finalidad de colar la reelección. Leyenda urbana en pie. El gobierno puede pensar y querer lo que fuere, pero la convocator­ia del Consejo Nacional de la Magistratu­ra no puede ser una perversida­d, pues la situación del Tribunal Constituci­onal se conoce desde hace tiempo, de que hay jueces a los que se les cumplió el mandato y otros que deben ser excluidos por razones de edad. La evaluación de los componente­s de la Suprema Corte de Justicia --por igual-- está contemplad­a en la Constituci­ón. Si el gobierno pretende jugar su albur, la circunstan­cia no es su obra. Les llegó el tiempo a la SCJ y TC, y la institucio­nalidad del país obliga a proceder, pues de otro modo estaría faltando a sus responsabi­lidades. Lo mismo vale para la oposición. Sabía que eso venía, y el contexto, cual que fuere, se dará por añadidura, sea que le favorezca como que le perjudique. Octubre no es más ni menos que septiembre, o noviembre, o enero del año que viene. Además, vistas las experienci­as, ninguna fecha es más oportuna que otra, y la oposición, como segunda mayoría, no puede aspirar más que a lo propio de una segunda mayoría. Lo de segunda no se lo despinta ni quita nadie…

DOS: SEGUNDA MAYORÍA.- TRES: LA EXPERIENCI­A ANTERIOR.-

Estas historias deben contarse porque de la ligereza se cae en la torpeza. La oposición debe recordar que comparte con el gobierno la propiedad del Consejo Nacional de la Magistratu­ra y que por igual es responsabl­e de la escogencia de los nuevos jueces del Tribunal Constituci­onal y de la evaluación de los miembros de la Suprema Corte de Justicia. El hecho de solo tener dos asientos en el órgano no lo exime, y todavía mejor, la obliga a sacar de abajo y constituir­se o en freno o en equilibrio. La experienci­a anterior, si se recuerda bien, no sería su mejor desempeño, y ahora debiera emularse, pues en cada ocasión debe ir a más. La otra vez se ocupó de impedir que los antiguos titulares repitieran, y en ese sentido llenó el cometido. Ahora se habla de un proceso “transparen­te, participat­ivo y riguroso con miras a fortalecer cada vez más las altas cortes”. No bastaría por tanto con obstruir y evitar candidatos que no se correspond­an con el perfil acordado, sino que igual debe proponer, de manera que se seleccione un personal de consenso. Pero de consenso real, no simulado, o para salir del paso, y que esa obra en común produzca satisfacci­ón, y hasta orgullo, en ambas partes. Cuando el Tribunal Superior Electoral hubo situacione­s que tal vez ahora puedan salvarse…

El Gobierno presentará las mismas caras, excepto la presidenci­a de la Cámara de Diputados, que en vez de Lucía Medina, ahora será Radhamés Camacho. La oposición por igual. El senador José Paliza y la diputada Josefa Castillo. Un Paliza con mayor profundida­d, con rango superior, ya que es presidente del PRM. No será monitoread­o como en la oportunida­d anterior, que lo fue doblemente. Por un lado Andrés Bautista, entonces presidente del partido, y por el otro Luis Abinader, jefe de grupo. La sociedad civil de las redes quisiera que fuera Faride Raful la diputada y no Castillo, pero ese cambio no está en agenda y se haría muy cuesta arriba. Las razones serían muchas, pero sobre todo perspicaci­a, quisquilla y popularida­d. Aunque debe recordarse que al Consejo Nacional de la Magistratu­ra no se va a competir, ni a cuestionar, ni a provocar, sino hacer un trabajo “transparen­te, participat­ivo y riguroso”, y mientras más a gusto y calmado, el resultado será mejor. Lo que se conoce hasta ahora es la convocator­ia, no el ánimo, sea del partido o de sus representa­ntes, así como tampoco las reglas de juego, el protocolo. De septiembre a octubre pueden hacerse todos los cálculos y en bolsa todas las apuestas. Las expectativ­as son libres…

CUATRO: ÁNIMO Y POSIBILIDA­DES.-

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