Foristas, a la carga
Fue una noche memorable. Las evocaciones pueden ser de dos tipos: amargas que nos sumergen en los charcos lodosos del dolor, el rencor; o dulces, aquellas que nos retrotraen a un tiempo, breve o largo, en el que amamos, y fuimos correspondidos.
En la noche del jueves 30 del pasado mes de agosto, me sumergí, junto a otros grandes amigos, compañeros de muchas batallas, en una ola de emociones.
Se nos mezcló la alegría y la gratitud con la añoranza, el presente de un homenaje que nos honró, a nosotros/as y a nuestros familiares. Los recuerdos de un tiempo, aun no muy lejano, cuando fuimos protagonistas de hechos y acciones que motivaron que nos dedicaran el acto de esa noche.
Hugo Tolentino Dipp, Milagros Ortiz Bosch, Tirso Mejía-Ricart, José Rafael Abinader, y yo, recibimos del Foro Renovador placas de reconocimiento: ese es el resumen periodístico, escrito, de lo que hoy comento en En Plural.
Pero ese lenguaje informativo, y por tanto, sin temblor de sentimientos, no describe la esencia, ni la forma de esta noche entrañable. Desde que llegamos los homenajeados, yo con Mario Emilio, por supuesto.
Una “madrina” nos guió hasta la mesa principal donde escuchamos el discurso que dio apertura formal al acto, de Andrés Muñoz, nuestro querido Juanito, quien habló en nombre del Foro.
Al escuchar el nombre Foro Renovador, evoqué escenas, que adquieren tercera dimensión, puesto que no solo las vi, sino que las viví.
Las tardecitas en la oficina que Tirso nos facilitó para las reuniones del Foro, los análisis, los debates fogosos sobre los propósitos que se querían, las estrategias, los métodos de acción.
Ya luego, conformado el Foro, nuestra Asamblea constitutiva, en la UASD. En ella califiqué al Foro como “una ventana abierto a la esperanza”, frase que luego se convirtió en uno de sus lemas.
Evoco también, los encuentros para redactar documentos que planteaban propuestas al Partido Revolucionario Dominicano, del cual éramos miembros todos los integrantes del Foro.
En mis archivos conservo copia de algunos de ellos, como el que propone una alianza interna para la unidad perredeísta, corroída ya por la ambición personal y las luchas grupales.
El logro más importante y digno de resaltarse del Foro es su decisiva influencia en la organización del 1er Congreso del PRD.
Desafiando presiones y jugarretas de una quinta columna enquistada en el PRD, el Congreso se realizó, con la conducción de Tirso Mejía. Y en sus decisiones se plasma muchas de las ideas de Peña Gómez.
Se dejaron sentadas las bases ideológicas y programáticas del PRD, y quedó instalada una mesa de Concertación, que pudo salvar muchos escollos, pero no al partido en su conjunto, que sucumbió socavado ante el avance de un Caballo de Troya.
Con esas imágenes encendidas en mi memoria atizadas por mi convicción de la necesidad del Partido Revolucionario Moderno, en el que militamos ahora la mayoría del Foro, solicité formalmente, cuando me tocó el turno, celebrar un Primer Congreso perremeísta que, como aquel defina posiciones doctrinarias y retos políticos progresistas a nuestra organización.
Un congreso que reitere nuestra ideología, el Socialismo Democrático. Congreso que comprometa al Partido con unos ‘por qué’ y ‘para qué’ buscamos el poder, que no puede seguir siendo alpiste en las jaulas de las individualidades.
Un Congreso que fije posiciones de soberanía nacional, sin caer en perniciosos patrioterismos, y sin desconocer que la globalización es un hecho, una etapa histórica, y que hay que tratarla con inteligencia y torearla en nombre de la ética.
¡El Congreso, en fin, que habría querido Peña Gómez!
Me aplaudieron, debo decirlo. Igual a Hugo, a Tirso, a Milagros, y al Dr. Prestol, quien representó dignamente al Dr. Abinader.
Este acto, esta noche memorable, tuvo sorpresas: la participación de una niña prodigio Nicolle, de 9 añitos, que al declamar el poema “Juan Pablo Duarte” nos hizo encarnar en todos al Padre de la Patria.
Para finalizar, “el derroche”: Manuel Jiménez, poeta de la música quien representa un sector intelectual comprometido, nos elevó cantando a “Libertad”, y, a petición de Tirso, sus “Derroches”. Un cálido coro de solidaridad lo acompañó.
El Foro Renovador sigue vivo. Reclamando junto a la Marcha Verde el cese de la corrupción y la impunidad, y la “democracia con pan” que quería Peña Gómez.
A ese Foro Renovador que me ha proporcionado tanto gozo, le doy las gracias.
Y porque lo necesita el PRM y el pueblo, ¡foristas, a la carga!