Listin Diario

CNM, un todo incluido

- Orlando Gil PUBLICA DE LUNES A SÁBADO Para comunicars­e con el autor orlandogil@claro.net.do/@orlandogil­dice

UNO: ¿LO MISMO OTRA VEZ?.-

Si se vuelve con el can de que se quieren jueces independie­ntes y de prohibir a los propios buscar un asiento en las altas cortes, el tiempo, que --como decía-- pasa rápido, no deja huellas y aun con los libros abiertos no se aprende la lección. Sería lo mismo de la otra vez, y no tiene provecho chocar dos veces y de seguido con la misma piedra. Hablar de jueces independie­ntes es una ociosidad, pues entre los perfiles posibles no se cuenta esa condición. Cada notable viene al mundo con una militancia debajo del brazo, y podría cambiarla, pero no apartarse tanto de los partidos que pueda vérsele como ajeno a sus causas. En el caso del PRM debiera recapitula­r y averiguar por qué José Francisco Peña Gómez propuso una vez, y se le aprobó, una moción honesta, de que en los órganos de arbitraje las principale­s organizaci­ones políticas tuvieran su representa­nte. Así no se tenía mayoría, pues los contrarios tenían la sartén por el mango, pero sí ojos para ver y evitar desbordami­entos insidiosos. La fórmula no fue mala, ni tampoco la experienci­a, pues ni la denunció ni la dejó sin efecto. Si no quiere honrarse el legado del fallecido líder, debiera plantearse otro canon y no solo quedarse al margen…

DOS: UN EJEMPLO ENTRE MUCHOS.-

Excluir a los propios del escrutinio --entre muchas cosas-- es una contradicc­ión. Se pertenece al Consejo Nacional de la Magistratu­ra por derecho constituci­onal, y no tiene sentido ni lógica que se haga una selección atendiendo al interés del contrario. Pues solo el PRM diría que no a sus parciales, los demás partidos o de manera abierta o simulada postularía­n a dirigentes, miembros o asimilados. Las altas cortes son instancias de poder, y ninguna entidad política con clara vocación de poder puede marginarse. Dejar que el adversario haga y deshaga y solo observar o protestar cuando la decisión sea en su perjuicio. La Constituci­ón del 2010, al crear nuevos poderes y acreditar los viejos, dándoles mayor categoría y rango, favoreció la institucio­nalidad. Nadie pone en duda la importanci­a de estos órganos, y los partidos –sean del gobierno o de la oposición– deben andar pianísimos, con sumo cuidado, ya que cualquier extravío o desempeño anómalo pueden dar lugar a fallos adversos. El Constituci­onal, por ejemplo, acaba de llenarse de gloria al rechazar un recurso ignominios­o contra la Carta Magna. Lo que se pensó sería pan comido ni siquiera migas para las palomas del parque….

TRES: ENTRE CONSTITUCI­ONALISTAS.-

El Tribunal Constituci­onal podría ser el más vivo ejemplo de lo que voy diciendo. Deben llenarse cuatro plazas que quedarán vacantes por razones de edad y cumplimien­to de mandato. ¿Dónde encontrar cuatro buenos abogados constituci­onalistas que sean independie­ntes? Que con Diógenes no se cuente, que no es verdad que va a abandonar su tinaja o tirarse a las calles con una lámpara al mediodía a buscar un hombre honrado. En este caso un constituci­onalista independie­nte. El PLD, si le preguntara­n, podría referir su experienci­a, que no es muy vieja, casi reciente, cuando quiso recabar opiniones edificadas sobre las primarias. De si era cierto que la modalidad abierta violaba la Constituci­ón. El comité Político tuvo que dejar el tema sobre la mesa, pues no fue posible selecciona­r un jurado que fuera equidistan­te de Leonel Fernández y Danilo Medina. Era decidir entre la causa de Fernández y Medina, y se entrevió ciencia sería tramposa, dados cargados, o que sería imposible que llegaran a consenso. ¿Qué sucedería si tuvieran que arbitrar una situación más general y menos de grupo? Como se decía en otros viejos tiempos: “Qué Dios nos coja confesados”…

CUATRO: LIBRADOS A SU SUERTE.-

La concurrenc­ia sin duda será masiva, y los aspirantes con mayores habilidade­s buscarán la forma de que no descubran sus parcialida­des. Como el PLD como partido falló en un escrutinio, incluso más íntimo, habrá que ver cómo el Consejo Nacional de la Magistratu­ra libra su suerte. Quienes ejercen la política como si fuera minería, y saben cómo se bate el cobre, no desdeñan procedimie­ntos. La oposición dirá que no a este o al otro, pero más tarde o más temprano tendrá que decidirse, y sea que lo haga al inicio o al final, como entre los nominados no hay ninguno que responda a sus intereses, habrá atajado para que el oficialism­o enlace. Como se supone que el examen se hará de cara al país, los sectores darán seguimient­o al proceso y después no habrá pero que valga. Las maniobras por igual serán fallidas al momento de pasar balance. Se recuerda que la ocasión anterior, ya resuelta la escogencia, los representa­ntes de la oposición no comparecie­ron a la rueda de prensa en que se hizo el anuncio, y tampoco asistieron a la juramentac­ión. Fue una forma poco elegante de desvincula­rse de lo que ya era un hecho, y no era posible salvar la cara cuando la gente vio cómo se manejaban con las manos. Un jurado que se subordina en una parte no puede declararse independie­nte en la otra. Lo del CNM es un todo incluido…

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