País y oposición
La oposición tiene en cualquier país del mundo su clara misión que es, entre muchas otras cosas, sacar del poder al que lo tiene.
Para cualquiera medianamente entendido en las lides políticas los partidos de oposición dominicanos tienen como misión principal llevar al poder a uno de los dueños del partido, sin otra razón que esa, y sin otro discurso que sindicar que Hipólito Mejía, el hombre de la mueca de dolor, es mejor que cualquiera del PLD lo mismo que Luis Abinader no hay discurso ni propuestas, no hay interés en un programa por lo menos mínimo, transición dice uno y el otro cambio.
El país apuesta a seguir el progreso, a seguir trillando el camino que llevamos que aunque le pese al Diablo y toda su compañía tiene mucho más luces que sombras a pesar de que gente del mismo partido morado y del gobierno han hecho lo imposible por perjudicar la obra de gobierno de Danilo Medina, quien luce solo y muy mal acompañado por gente que luce agotado por el poder.
Todas las encuestas, incluso las privadas señalan al Presidente de la República y a Margarita Cedeño como los políticos mejor valorados para la contienda electoral de mayo del 2020, no creo que nadie crea que es por casualidad.
La realidad es que la oposición no vende, no aterriza, que está haciendo campaña a la reelección de Danilo, su obsesión única, su gran miedo, su razón de ser, en una real división que solamente ellos creen que el pueblo no conoce, mientras pasa el tiempo y se hace mucho más difícil explicar al país por qué debe votar por ellos y volver a caer en el caos y la pobreza inducida desde el poder.
Una pena, la política no es eso, pero aquí sí es más que ese dime y te diré de gente que no entiende que el tren adonde van se descarriló hace tiempo con tan mala suerte de que su estado es irreparable para volver a correr.
¡No hay, aunque muchos, por obvias razones no lo han entendido, más país de los pendejos!