De lo que habla la gente día y noche
República Dominicana es un hormiguero humano de miles de círculos que compiten con los medios masivos de comunicación en los temas debatidos, bajo un ambiente democrático y abierto “a toda manifestación ciudadana”.
Las conversaciones más frecuentes carecen de agenda y orden “del día” o “la noche”, porque predomina la curiosidad con “la última”, una expresión atribuida a la noticia o suceso más reciente nacional o internacional.
Como la Liga en Santiago, los “Toby” y decenas en Santo Domingo, hay cientos de “peñas” o tertulias habituales. Fluyen los abanicos temáticos, siendo espacios donde “no se salva nadie” de sutiles o críticos comentarios.
Por ejemplo, el milagro de Milagros. Obviamente la acreditada comunicadora no puede pregonar que el corte en la frecuencia diaria de “Chévere Nights” fue bajo “la presión” de focos oficialistas. Pero en la calle se comenta el corte con severos comentarios y no con bendiciones a la intolerancia oficialista.
Entonces, Milagros debe escuchar satisfecha el sonar de su nombre con respaldo colectivo en el cotidiano hablar de la gente.
Otro ejemplo. Empresarios vinculados y/o parte del sector eléctrico, niegan que exista “cocorícamo” en la versión circulante de una inminente temporada de apagones.
Se teme que la especie circulante evolucione a una oscura realidad, agravada por antecedentes de ciertos litorales oficialistas con vocación a provocar, y esperar reacciones en la población, para luego pasar a los hechos, bajo sutiles subterfugios precedidos de fuertes “mareos” de opinión pública.
Odebrecht es otro caso del que habla la gente.
Se habla con repugnancia de todo lo relativo a la corporación brasileña y de la posibilidad de otro gran fiasco oficialista, dando continuidad a la impunidad perversa ante un pueblo con justicia cero, mientras sube la luz verde para próximos escándalos de corrupción.
También se habla mucho del “ven tú” que rige en el nombramiento de jueces y fiscales: un “aporte” morado al Estado de derecho.
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