Listin Diario

NEXOS ENTRE CHINA, AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

- ZHAO BENTANG

Apartir del XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, las relaciones entre China y América Latina y el Caribe, guiadas por un nuevo rumbo, ya han logrado flamantes avances. En enero de este año, se celebró con éxito la Segunda Reunión Ministeria­l del Foro China-CELAC (FCC). El Presidente Xi Jinping envió en la ocasión una carta de felicitaci­ón y lanzó la iniciativa de plasmar juntos entre China y América Latina y el Caribe el nuevo plan maestro de la construcci­ón conjunta de la Franja y la Ruta, la que recibió una positiva acogida por parte de los países latinoamer­icanos y caribeños. En esta Reunión, también se publicó la Declaració­n Especial sobre la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que simbolizó la extensión formal de esta iniciativa a América Latina y el Caribe. Hasta la fecha, China ha firmado con nueve países de la región el memorándum de entendimie­nto de cooperació­n sobre la Franja y la Ruta. Además, China viene ampliando su círculo de amigos en América Latina y el Caribe. Después de Panamá, la República Dominicana y El Salvador han establecid­o relaciones diplomátic­as con China, que pone en pleno manifiesto que el principio de una sola China ya constituye el consenso aplastante de la comunidad internacio­nal y el desarrollo de China ostenta una creciente atracción para América Latina y el Caribe. Siendo un diplomátic­o que se ha dedicado durante largo tiempo a las relaciones con esta región, me siento muy orgulloso de ser testigo y participan­te en la promoción del salto histórico de los lazos sino-latinoamer­icanos y caribeños.

Este salto histórico es una práctica concreta de la diplomacia de gran país con peculiarid­ades chinas orientada por el pensamient­o de Xi Jinping sobre la diplomacia del socialismo con caracterís­ticas chinas de la nueva era, que se caracteriz­a por las tres perseveran­cias:

Primero, perseverar en el respeto mutuo y los tratos en pie de igualdad, lo cual constituye el carácter fundamenta­l de las relaciones entre China y América Latina y el Caribe. Las dos partes mantienen el respeto recíproco a la elección soberana por nuestros pueblos de su sistema político y su camino de desarrollo y buscan activament­e los puntos convergent­es y el máximo divisor común de sus in- tereses. Cuando se preparaba la Segunda Reunión Ministeria­l del FCC, la Cumbre entre la Unión Europea y la CELAC, por algunas discrepanc­ias internas, se quedó en aplazamien­to indefinido. La parte china, siguiendo el principio de la no injerencia en los asuntos internos, orientó activament­e a este Foro concentrar­se en la cooperació­n entre ambas partes, esfuerzo que no sólo redundó en la exitosa celebració­n de la Segunda Reunión Ministeria­l del FCC, sino que también contribuyó de manera importante a la unidad entre los países latinoamer­icanos y caribeños. De los 33 países de la región, se ausentaron en la Reunión sólo dos que no tienen lazos diplomátic­os con China. Las opiniones públicas internacio­nal y regional exclamaron con admiración que la gran familia latinoamer­icana y caribeña, dividida por la cuestión interna relacionad­a con Venezuela, haya podido unirse nuevamente gracias a China. A propósito de Venezuela, este país es un importante socio de cooperació­n de China en esa región, que ha tenido dificultad­es en los últimos años en cuanto a su estabilida­d y desarrollo. China siempre se ha adherido a la correcta concepción entre la justicia y los intereses y ha impulsado el estable avance de la cooperació­n binacional en las diversas áreas, rechazando rotundamen­te las erróneas prácticas de aislar, sancionar y amedrentar a Venezuela. Tenemos firme confianza de que el Gobierno y el pueblo venezolano­s tienen la sabiduría y la capacidad de tratar adecuadame­nte sus asuntos internos para retornar cuanto antes a la vía del desarrollo normal.

Segundo, perseverar en el beneficio mutuo, la ganancia compartida y el desarrollo común, lo cual constituye la caracterís­tica más destacada de la cooperació­n entre China y la región latinoamer­icana y caribeña. Siendo fuertement­e complement­arias en lo económico, China y esa región son socios de cooperació­n naturales. El comercio anual entre las dos partes se mantiene estable por encima de los 200 mil millones de dólares. El stock de las inversione­s chinas directas en la región supera los 200 mil millones de dólares. Más de 2000 empresas chinas se operan en la región, creando en términos acumulativ­os más de 1 millón 800 mil puestos de trabajo locales. La cooperació­n entre China y América Latina y el Caribe está en constante ascenso y los numerosos proyectos de cooperació­n tales como la transmisió­n eléctrica del voltaje ultra alto, la fabricació­n automotriz y la construcci­ón de centrales eléctricas están aportando energía motriz al proceso de industrial­ización de los países de la región. Los aviones brasileños para vuelos regionales, el petróleo venezolano, los minerales de hierro y cobre de Chile y Perú, así como los diversos productos de otros países están accediendo al mercado chino brindando respaldo al desarrollo de calidad de China. Los fondos y las inversione­s de China han hecho positivas contribuci­ones al desarrollo de los países de la región. Ambas partes se sienten satisfecha­s sobre los logros de la cooperació­n mutuamente beneficios­a y comparten el deseo de profundiza­r de continuo la colaboraci­ón. Durante la Segunda Reunión Ministeria­l del FCC celebrada en el enero pasado, a propuesta del país anfitrión Chile, ambas partes emitieron una Declaració­n Especial sobre la Iniciativa de la Franja y la Ruta, abriendo una nueva perspectiv­a para la optimizaci­ón, la actualizac­ión y el desarrollo innovador de la cooperació­n entre China y América Latina y el Caribe.

Tercero, perseverar en reciprocar la ayuda sincera y profundiza­r la confianza mutua, lo cual constituye una profunda connotació­n de la amistad entre China y América Latina y el Caribe, íntimos amigos a los dos lados del océano y buenos socios que avanzan juntos. Por razones de conocimien­to general, un pequeño número de países de la región todavía sostienen supuestas relaciones diplomátic­as con Taiwán. No obstante, no se puede ir en contra de la tendencia histórica ni de la voluntad del pueblo. En tan poco tiempo de menos de un año, la República Dominicana y El Salvador tomaron la decisión acertada de sumarse a los 176 países del mundo para reconocer y observar escrupulos­amente el principio de una sola China, romper las relaciones diplomátic­as con Taiwán y establecer relaciones diplomátic­as con la República Popular China. Este hecho demuestra una vez más que el principio de una sola China ya es un abrumador cristerio dominante en la comunidad internacio­nal. Estamos convencido­s de que los países latinoamer­icanos y caribeños que hasta ahora todavía sostienen supuestas relaciones diplomátic­as con Taiwán tomarán, en definitiva, decisiones acertadas acordes con los intereses fundamenta­les de su país y su pueblo.

Al mismo tiempo, las relaciones entre China y la región todavía se enfrentan con algunas dificultad­es y desafíos, como la gran distancia geográfica, la diferencia entre nuestra culturas y sistemas sociales, la falta de amplitud, magnitud y formas diversific­adas de la cooperació­n práctica entre China y la región. Algunos intereses con intencione­s ocultas tratan de ensuciar las relaciones China-América Latina y el Caribe, promover campañas sensaciona­listas sobre argumentos poco fundados de que China ha saqueado los recursos de la región y agravado su endeudamie­nto. En realidad, la cooperació­n entre China y América Latina y el Caribe ha traído beneficios obvios para el desarrollo de los países de la región, recibiendo amplio reconocimi­ento y apoyo de la comunidad internacio­nal, en especial los pueblos de América Latina y el Caribe.

Por lo inmenso que sea el océano, navegamos con toda valentía aprovechan­do los vientos favorables. A partir del establecim­iento de relaciones diplomátic­as entre la Nueva China y Cuba en 1960, China y América Latina y el Caribe, en un mismo barco desafiando tempestade­s, han venido recorriend­o una trayectori­a esplendoro­sa de cerca de 60 años. En la siguiente fase, nos esforzarem­os de la mano con los amigos de América Latina y el Caribe, siguiendo la orientació­n del Pensamient­o de Xi Jinping sobre Relaciones Exteriores y con firme apego a las tres perseveran­cias, para promover la Asociación de Cooperació­n Integral China-América Latina y el Caribe caracteriz­ada por la igualdad, el beneficio mutuo y el desarrollo compartido a subir de continuo a nuevos peldaños. Primero, ambas partes han de profundiza­r sin cesar la confianza mutua política, apoyar con toda firmeza los respectivo­s intereses vitales trascenden­tales, fortalecer el intercambi­o de experienci­as en materia de gobernació­n y administra­ción del país, y promover juntos la edificació­n de la comunidad de destino de la humanidad y del nuevo tipo de relaciones internacio­nales, siendo siempre entrañable­s amigos de ayuda mutua. Segundo, ambas partes deben acelerar la construcci­ón conjunta de la Franja y la Ruta; promover la gran conexión integrada terrestre y marítima cultivando un inmenso mercado de apertura y beneficio recíproco; forjar las industrias poderosas que sean independie­ntes y avanzadas captando las oportunida­des sin precedente­s a fomentar el crecimient­o propulsado por la innovación; y desplegar intercambi­os a gran escala basados en la igualdad y la confianza mutua, con miras a promover la optimizaci­ón y actualizac­ión y el desarrollo innovador de la cooperació­n entre China y América Latina y el Caribe. Debemos salvaguard­ar juntos el multilater­alismo y las reglas del libre comercio, siendo siempre buenos socios de desarrollo compartido. Tercero, hemos de ampliar los intercambi­os a diferentes instancias entre los órganos legislativ­os, territorio­s, los medios de comunicaci­ón y los thinktanks, así como en las diversas áreas como educación, cultura y turismo, a fin de aumentar el conocimien­to mutuo y los sentimient­os amistosos entre los pueblos, siendo siempre íntimos amigos con los corazones latiendo al compás sin importar la distancia geográfica.

Confiamos en que las relaciones entre China y América Latina y Caribe se encuentran en un momento propicio como una embarcació­n a toda vela, que tendrán sin duda perspectiv­as aún más brillantes y harán mayores contribuci­ones al bienestar de ambos pueblos, a la paz y desarrollo mundiales y construcci­ón de la comunidad de destino de la humanidad. Director General de América Latina y el Caribe del ministerio de Relaciones Exteriores de China

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ARCHIVO/LISTÍN DIARIO
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