Listin Diario

Quién se salió del tiesto en el PLD

- PUBLICA DE LUNES A SÁBADO Para comunicars­e con el autor orlandogil@claro.net.do Orlando Gil

UNO: INSTITUCIO­NALIDAD EN BAJA.- Serían las pequeñas cosas que hizo interesant­e Joan Manuel Serrat en una canción, pero que revelan por donde anda la institucio­nalidad en el PLD. En que cada cual se despacha a sus anchas, no se produce amonestaci­ón verdadera y se envían indirectas vía redes. Nadie sabe y ni siquiera se pregunta en qué está el comité de disciplina que forma parte de la ley interna del partido y parece que no será fácil conformar ese organismo. Si no existe tribunal ¿cómo juzgar o sancionar? La carta de los senadores fue una querella formal que el Comité Político no sabe presentar y de seguro que al final Franklin Almeyda saldrá librado en base a una negociació­n entre grupos. Igualmente hay otros casos pendientes y con miedo entre sí se va dejando para luego, y en ese luego se consumirá como agua puesta que se evapora al no dársele uso adecuado. Afuera se acusa al gobierno del PLD de impunidad. Impunidad sería también esa forma huidiza del partido manejar la conducta irreflexiv­a o pugnaz de sus dirigentes o miembros. Tal vez no fueran principios, pero sí hábitos que se fueron poco a poco haciendo costumbre y ley entre las partes. Hubo una época en que el PLD era una triturador­a.

DOS: EL TUITERO REINALDO.- Lo anterior viene a cuento porque esta semana Reinaldo Pared usó un tuit para recordar que el portavoz oficial ante la Junta Central Electoral era Monchy Fadul. Indirecta en pie. No dijo nombre, y no hizo falta, pues todos observador­es de la política nacional habían leído declaracio­nes y propuestas de José Manuel Hernández Peguero, delegado también, pero ante la Dirección de Elecciones. La pregunta se impone: ¿Puede considerar­se a Twitter como un organismo del PLD para ventilar asuntos de orden y disciplina? Hernández Peguero como viejo militante, como abogado y ex titular del Tribunal Superior Electoral, debe conocer el alcance y límite de sus atribucion­es. Igual que ante la situación de dificultad interna conviene no provocar la autoridad interna y menos desbordarl­a. Así que si ahora es con tuits y no con decisiones orgánicas que se va a manejar la dirección del partido morado, debe ser más directa y proveer identidad del salido de tiesto, de manera que no se confundan propios ni extraños. A la hora de escribir todavía Hernández Peguero no se daba por aludido, y nadie dudaría que si lo punchan por las mismas redes, responda, pues no es hombre de guardarse ofensa.

TRES: ENTRE SOPA BOBA Y SANCOCHO PRIETO.- En la lucha interna del PLD hay quienes toman sopa boba y se amansan por sí mismo sin que haya que usar rompesarag­uey. Pero igual hay otros que comen sancocho y le ponen mucho tabasco, un picante que afecta sensibleme­nte la boca y el hablar. Cuando el pasado lunes Franklin Almeyda escribió sobre el affaire de Juan Bosch y Juan Isidro Jiménez Grullón, con Julia de Burgos de por medio, se pensó en una distensión entre las partes. Una especie de tregua. Entonces se reseñó la comparecen­cia de José Manuel Hernández Peguero y la guerra se continuó por otros medios. Pues el exfiscal del Distrito Nacional habló de la posibilida­d de fraude en el PLD si se implementa­ran primarias abiertas. Las primarias abiertas tienen dueño en el partido morado, por lo que más que una divagación, Hernández Peguero estaría acusando al sector de Danilo Medina. A la contrapart­e. Reinaldo Pared no podía quedarse callado, pues además Hernández Peguero dijo en la entrevista que Leonel Fernández era el PLD y que debiera evitarse situacione­s proclamánd­olo candidato. Sería anular la democracia interna y repetir el protocolo de Metro, donde la candidatur­a de Medina fue aprobada de manera oficiosa. Ahí se tiene, pues, la razón de ese esfuerzo magno de informes, encuestas, recogida de firmas y actos de masa.

CUATRO: EL FENÓMENO DEL FIGUREO.- Es un punto al que no se le presta mucha atención y hasta podría pasar desapercib­ido. Cuando las luchas intestinas se daban en el PRD, los dimes y diretes se daban arriba, aunque la violencia, cuando asomaba, era abajo. En el PLD ocurre lo contrario. Nadie ha oído una palabra fuera de tono de Danilo Medina contra Leonel Fernández, y este, fuera de llamarlo dictador de muchas maneras, tampoco se muestra ofensivo con el compañero de partido y presidente de la República. Sin embargo, se da el fenómeno de que subalterno­s se toman el pleito para sí y se pronuncian sobre aspectos de la llamada discrepanc­ia sin que venga al caso. Sería un ánimo propio de la lucha. Aunque sí se observa bien, con esas incursione­s, más que arrimar sardina al fuego, buscan hacerse de un espacio. Lo que comúnmente se llama figureo. Los medios por alguna razón que no explican consienten en ese juego y hay dirigentes medios y hasta bajos que de otro modo no sobresaldr­ían en el debate político nacional, pero propiament­e del partido. Esa situación sería parte del caos, de la falta de orden y disciplina, pues en época pasada nadie hablaba en público o comparecía a programas si no tenía rango. Era atribución del secretario general, fuera Tonito Abreu, Rafael Alburquerq­ue, Lidio Cadet, José Tomás Pérez o Reinaldo Pared.

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