FIESTA DE MOROS Y CRISTIANOS
La celebración es el resultado de la fusión de tres fiestas diferentes: la patronal, la militar y la histórica, según registra la Junta Central de Fiestas de Villena.
Lo que se vive en la semana de Fiestas de Moros y Cristianos actuales es el resultado de la fusión de tres celebraciones, según registra la Junta Central de Fiestas de Villena: primero la fiesta patronal o elemento religioso, representado por la procesión y misas, siendo la fiesta más antigua, ya que data de finales del siglo XV.
Segundo, la fiesta militar o alarde, denominada después soldadesca. El acto espectacular del elemento militar son los desfiles, especialmente La Entrada y la Cabalgata, en los que participan todos los festeros con magníficos trajes.
Y en tercero, el elemento histórico, donde podrás ver las actuaciones de los ciudadanos villeneros sobre la lucha, arcabucería, Embajadas, pérdida y recuperación del Catillo de la Atalaya, lugar donde realizan este primer acto con tiros y vestuarios alusivos a la época. Nombrada la guerrilla y embajada del moro al cristiano. El performance narra que el embajador Moro solicita la rendición al Cristiano y, tras negarse éste, los arcabuceros (o soldados) empiezan a disparar y el bando moro conquista el castillo (un texto escrito a principios del siglo XIX).
Y al día siguiente, se da la conversión del moro al cristianismo (en la iglesia de Santiago), rememorando hechos históricos ocurridos durante la historia de España.
Dentro de esta explosión que, sin duda, encenderán tus sentidos, destaca La Entrada y la Cabalgata (dentro del desfile militar), desfiles que tienen una duración de siete horas cada uno, y que caracterizan por la forma de desfilar en bloques con unas 100 bandas musicales en vivo y con 125 cabos –quien dirige a las comparsas con peculiar encanto, ondeando una espada y marcando al resto–.
Ahora bien, ¿quiénes desfilan?
Aunque parezca que toda España se integra –por la gran cantidad que verás desfilar–, participan catorce comparsas: siete del bando moro, y siete del bando cristiano. En la actualidad están compuestas por cientos, e incluso miles de personas de ambos sexos, pero un dato curioso es que no fue hasta hace 30 años cuando a las mujeres se les dejó desfilar. Vale mencionar que cada comparsa tiene una madrina y que cada año se elige una especie de reina colectiva que nombran como La Regidora. Son dos, la mayor y la infantil.
El primer día del evento se inicia con un hermoso discurso en los balcones del Ayuntamiento, donde el “pregón”, un ciudadano de Villena destacado, que varía cada año, enuncia lo que son las fiestas y lo que significan para esta ciudad. Este año Pedro Rodríguez, presidente de la Federación de Bandas de Música, fue el elegido y responsable de enloquecer a los más de 34,000 habitantes de Villena y a los turistas que se han ido enamorando de su semana fiestera. El acto fue coronado por las estrofas del Himno Nacional, interpretado por la Banda de Música Municipal de Villena.
A partir de ahí, se da La Entrada, donde todos los ciudadanos se convergen en un punto, para esperar el sonido del bombo que, oficialmente, da paso al desfile. Es el primer gran desfile y el más antiguo.
La euforia del momento es digna de recordar, todos guardan silencio en la espera del sonar del tambor. Lágrimas caen, pieles de gallina y caras coloradas se vuelven parte del sentir común. A partir de ese preciso momento… el desglose de comparsas, con sus respectivas escuadras especiales y músicos, te hace -en lo más literal de la palabraalucinar.
Cada comparsa luce sus trajes oficiales, cuyos diseños se remontan a los siglos XIX y XX y que puedes identificar por la variación del color de la pieza inferior que completa todo el traje. A cada comparsa se le suman las escuadras especiales, quienes cada año cambian sus vestuarios. Es una dinámica tal que se eligen ganadores y estos trajes –cuya confección y diseño asciende hasta los 6,000 euros– no se repiten. Su inspiración puede ir desde el mar, hasta las series de ‘Game of Thrones’. Como una forma de recuperar la inversión, se alquilan a otras localidades de toda España. Primero desfilan los del bando de los moros.