RESCATÁNDOLAS DE LA PROSTITUCIÓN
Llegaron al humillante mercado del sexo no por elección voluntaria, sino por inducción, empujadas por la necesidad de buscar ingresos para sobrevivir o mantener a sus hijos o padres, y ahora luchan por salir de ese mundo, pero no tienen siempre la suerte de encontrar la ayuda indispensable para dar el salto.
Es el drama de las trabajadoras sexuales, en su mayoría jóvenes que no pudieron educarse en las escuelas, que son víctimas de hogares destruidos y se vieron forzadas a “trabajar” en restaurantes, barras o prostíbulos, seducidas por las promesas de una mejor vida y bienestar económico con que las reclutaban los traficantes o proxenetas.
Envueltas en un mundo que les oprime su dignidad de mujer, prácticamente esclavas de sus amos, estas mujeres no tienen muchas opciones para regenerarse.
Sin embargo, ha habido ejemplos elocuentes que muestran que el rescate puede lograrse si el Estado promueve una política especial para ayudarlas a continuar sus estudios o ejercer un trabajo decente y productivo. Un programa de becas, por ejemplo, puede servir al propósito de ofrecer carreras técnicas o profesionales, o un programa de créditos blandos puede abrirles el camino de los negocios.
LISTÍN DIARIO publicó esta semana la historia de una mujer que cayó forzosamente en la prostitución desde los 13 años, al quedar huérfana de madre a los diez y vivir con un padre borrachón y sin empleo. No encontró otro medio de generar ingresos para mantener a sus cinco hermanos, todos menores que ella, aunque lo hiciese a costa de sufrir los efectos de muchas aberraciones.
Al cabo del tiempo, decidió salir del “mundo de la oscuridad” y aprender el oficio de reposteria, tras de lo cual pudo instalar su negocio y producir para pagar los estudios de sus dos hijos, hoy graduados de abogados.
Como ella, otras mujeres dominicanas podrían subir a la superficie de la vida decente y productiva si tuvieran la asistencia sistemática y bien comprometida del Estado para cambiar la suerte de sus vidas. Ojalá que esta oportunidad les llegue ahora, cuando más lo necesitan.