A 55 años del Golpe, el país sigue secuestrado
La historia del golpe de Estado de 1963 al gobierno de Juan Boch está muy fresca, siendo irrebatible que secuestraron aquel experimento democrático bajo instrucciones de intereses oscurantistas.
Se trató de una acción militar coordinada y ambientada por una campaña de prédicas sistemáticas auspiciadas por sectores excluyentes del pensamiento democrático que orientaba el gobierno de Juan Bosch.
Los mensajes difundidos mostraban una mentalidad política retardataria en los golpistas y sus asesores.
Solo el estallido de la sublevación del 24 de Abril pudo frenar aquel retroceso. Pero la partidocracia se recicló mediante siglas politiqueras ensamblando el actual esquema de dominación.
55 años después, el pueblo dominicano vive una situación mucho peor que la posterior al golpe de Estado.
Los principales actores partidistas del proceso degradante que caracteriza el presente dominicano pertenecen al Partido de la Liberación Dominicana, PLD, que se aferra al poder, sin respetar el sentido común de la población que advierte las malas artes, trucos y subterfugios aplicados cuantas veces le hace falta.
Un ejemplo sucedió con la reciente integración del Ministerio Público, donde se cumplieron predicciones de una selección anunciada.
Igual es el caso de los jueces a ser “electos” mediante el “ven tú” similar a lo que con frecuencia rige en la integración de un combo musical.
En fin, la ciudadanía contempla el blindaje del poder político en la esfera judicial, no importa la indignación que provoque.
Esa reacción de la gente se nutre de la experiencia con los grupos de poder, como en 1963, cuando el triunvirato actuaba a su antojo, cavando su propia tumba.
¿Hasta dónde los gobernantes actuales conocen sus debilidades y se dan cuenta de sus pisadas en falso?
Sin que comparen correctamente la actualidad con la de 1963,
los poderes gobernantes saben que el pueblo dominicano está atento a su proceder cotidiano.
Mientras tanto, la ciudadanía sabe que sólo liberada del secuestro que la acogota, puede contar con un futuro esperanzador.