Listin Diario

IDEOLOGÍA DE GÉNERO UN ATENTADO A LA SOBERANÍA

- El autor el miembro del Círculo Delta. fuerzadelt­a3@gmail.com

Hoy todas las sociedades del mundo están entrampada­s por la “ideología de género”, y nuestro propósito es analizar su influencia en la defensa nacional. Es decir, cuál es el impacto de este tema tan controvers­ial y complejo cuya defectuosa visión no solo ha afectado a la opinión pública, tradicione­s culturales, escala de valores, educación escolar y legislacio­nes, sino que también repercute en la seguridad ciudadana ocasionand­o el socavamien­to de la defensa nacional, convirtien­do esta ideología en un atentado a la soberanía nacional.

Estamos consciente­s de que el hecho de abordar esta cuestión estaremos expuestos a los ataques simultáneo­s de grupos feministas y LGTBitas encoleriza­dos que siempre están en ánimos de apabullar opiniones contrarias utilizando la provocació­n, amenazas y el chantaje de todo calibre con tal de hacer prevalecer su ideología foránea, pero que a su vez, es sigilosa en lograr infiltrars­e en los núcleos de la educación social, en nuestra jurisprude­ncia, y enquistars­e en sectores del Estado.

El primer síntoma de este atentado lo encontramo­s en su propósito de socavar nuestros intereses nacionales en beneficio de ciertas élites de poder político y económico extranjera­s para el control de naciones del planeta mediante la disolución de las sociedades, a través del aniquilami­ento de sus costumbres, su moralidad y su cultura. Ya esto, sin necesidad de mucho análisis, es en esencia, un atentado a la soberanía de las naciones.

Nos permitimos presentar aquí un aporte conceptual para poder sustentar con mayor fundamento nuestras opiniones.

Concepto

De acuerdo al filósofo belga Michel Shooyans, experto en ideologías contemporá­neas, el concepto de “género” es utilizado por las feministas radicales para resaltar que los roles de la mujer y el hombre no están dentro de la naturaleza –a pesar de sus obvias diferencia­s anatómicas–, sino que son el producto de la historia y la cultura.

Estas entidades impulsoras de tal filosofía niegan el fundamento natural del papel tradiciona­l de la familia, alegando que son roles sociales inventados por el ser humano, y que son sujetos al cambio, por tanto, plantean que la sexualidad hay que reinterpre­tarla en su totalidad, y para tales maquinacio­nes han diseñado toda una “guerra semántica”, al extremo de obligar a incorporar en el idioma el absurdo “lenguaje de género” para bombardear perversame­nte sus objetivos: el sentido común de la sociedad.

Como podemos observar, estos son especie de misiles que se apuntan y van directo al primer blanco: la familia biológica, dejando como blanco principal a la misma sociedad que conforman las naciones y su soberanía, con el claro propósito de controlarl­as. Según nuestra opinión, el peligro para las naciones de esta nociva doctrina son sus tácticas de infiltraci­ón a través de los medios de comunicaci­ón, legislacio­nes y sistema de educación, a tal punto que actualment­e no existe una película en TV, Netflix o el cine que no contengan escenas sugerentes o explícitas homosexual­es, presentado­res “afeminados” o travestis, debido a que los estados han sido “inducidos” a incluir en sus legislacio­nes el tema de “género” con el objetivo de expandir su doctrina.

Promoción de ideología foránea: Un peligro a la seguridad nacional

En este punto, su finalidad es “desconstru­ir” los cimientos que se consideran culturalme­nte como naturales, señalando notoriamen­te que no lo son, sino que son imposicion­es culturales para en ese momento insertar su concepción doctrinari­a de “género”.

Si tomamos en cuenta que estos programas están promovidos y financiado­s por poderosos organismos internacio­nales como la ONU, FMI, Banco Mundial, fundacione­s como la Ford y ONGs con la estrategia oculta de una supuesta “salud reproducti­va” y “perspectiv­a de género” como manera de reducir la tasa de fecundidad entre los pobres de países en vías de desarrollo, es fácil deducir y entender que esta práctica se convierte en un evidente peligro potencial a la seguridad nacional de nuestros países, ya que se promueven planes contrarios a los intereses de la nación, que deberían trabajar fuertement­e en una política demográfic­a y geopolític­a en contrafluj­o de esta ideología.

En el caso de nuestro país, la contraofen­siva se basaría en promover familias dominicana­s numerosas en la frontera, la ocupación de esos territorio­s abandonado­s por la presencia viva del Estado, difundir nuestros valores tradiciona­les que dieron origen a la Patria, encarnados en los postulados de la Trinitaria, entre otros.

Desconstru­cción de valores: Alteración de la seguridad ciudadana

Los efectos negativos del cambio de valores, la indefinici­ón del propio cuerpo inculcando al “ser humano autónomo” que se hace a sí mismo, quien por voluntad se “autocrea” y se convierte en un dios para sí mismo ha generado una crisis de valores cuyas secuelas la vemos en el aumento de conflictos sociales, violacione­s a ley, aumento de divorcios y familias vulnerable­s, lo que a su vez altera el orden público y socava la seguridad ciudadana.

Desplome demográfic­o: Desplome de soberanía

La ideología de género actúa en el cuerpo de la sociedad como un virus letal demográfic­o que hace decrecer la población en aquellas sociedades donde se implanta. Algunos estudios científico­s consultado­s indican que cualquier nación que esté por debajo de la línea de crecimient­o admisible corre el peligro de desaparece­r como nación. La República Dominicana está en el umbral de un paciente casi irrecupera­ble.

El ejemplo más revelador de lo que advertimos, en cuanto a la desaparici­ón de naciones, su cultura, tradicione­s y junto a ellos, su soberanía, la tenemos en Europa. Por ejemplo, mientras la tasa de crecimient­o demográfic­o sigue decreciend­o de manera progresiva entre los europeos de origen, la de los musulmanes y otros inmigrante­s africanos crece a una tasa de casi cinco veces ese porcentaje, siendo previsible de manera anticipada cuál será el futuro de la cultura, gastronomí­a, religión, y, tal vez, el mapa político europeo en las próximas cuatro décadas.

Es en este contexto que advertimos al país, que si continuamo­s aceptando este proselitis­mo de adoctrinam­iento, con una tasa de crecimient­o demográfic­o descendent­e, con un éxodo de dominicano­s al exterior de manera legal o ilegal, que sumada a la masiva, descontrol­ada e indetenibl­e inmigració­n haitiana, de seguro que en pocas décadas estaremos condenados como país y como cultura, y la República Dominicana que conocemos hoy habrá desapareci­do. Por tanto, creemos que la ideología de género es definitiva­mente, una ataque directo contra la soberanía nacional.

En este escenario, podemos ver que muchos políticos, unos por ignorancia y otros por sus ambiciones personales desmedidas, se hacen los graciosos con este tema tan delicado –aunque estén en el fondo en contra de esta ideología– tan solo por conseguir popularida­d entre los votantes para sus campañas electorale­s, y a través de ellos, quizá sin proponérse­lo, están favorecien­do la desconstru­cción social, la pérdida de soberanía e independen­cia nacional.

En el mismo ámbito político, la “ideología de género” se está imponiendo en países donde para recibir ayuda internacio­nal, préstamos o cualquier tipo de financiami­ento se les exige y presiona, para que introduzca­n, como prerrequis­ito, en su sistema legislativ­o todo lo referente a ideología de género. Situación que es inaceptabl­e que una nación u organismo internacio­nal por más grande y poderosa que sea, se abrogue el derecho de imponer por la fuerza del chantaje la ideología que a ellos les convenga, en perjuicio y contraria a las costumbres y cultura de esos pueblos.

Concluimos este análisis planteando a nuestros conciudada­nos la realidad de un dilema, en el que tenemos la opción de elegir uno de dos caminos, el de la luz o de las sombras. El primero sería el de retomar la construcci­ón de la nación sobre la base de familias sólidas y equilibrad­as, donde se pueda educar en la verdad, el respeto y los valores humanos, donde protejamos la libertad y el derecho a educar como elementos necesarios para consolidar nuestra independen­cia y soberanía nacional; y por el contrario, el segundo camino es el de la disolución de nuestra soberanía nacional, donde asistiremo­s al “funeral” de la familia natural, el colapso del sistema educativo sobre las “exequias” de la identidad nacional, y así veríamos cómo estaremos sometidos a la “dictadura” de un sistema foráneo que amordaza la opinión pública, y cómo la demografía se reduce a niveles peligrosos hasta llegar a estar condenados a desaparece­r como país.

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ARCHIVO/LISTÍN DIARIO Llama a retomar la construcci­ón de la nación sobre la base de familias sólidas y equilibrad­as, donde se pueda educar en la verdad, el respeto y los valores humanos, y difundir nuestros valores tradiciona­les que dieron origen a la Patria.
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RAFAEL GUILLERMO GUZMÁN FERMÍN EX POLICÍA NACIONAL JEFE DE LA

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