“MISIÓN POSIBLE”
MISIÓN:
A todo atleta que quiere alcanzar sus metas le hace mucha ilusión corresponder a las demandas de quien sea que le exija para poder lograrlo. No importa que tan arduo, duro o competitivo sea el camino, cuando un atleta se propone alcanzar lo que quiere solo asuntos de derecho podrán detenerlo. Hay misiones imposibles que tienen sus bemoles pero el protagonista tiene mucho que ver en el desenlace de las mismas. Los protagonistas de sus propias películas que tengan la actitud correcta podrán rebasar cualquier obstáculo aunque el final no sea el anhelado. Hay protagonistas que suelen ser antagonistas de sí mismos, saboteando y estropeando su propio destino y siempre buscando inconsciente o conscientemente maneras de cómo no lograrlo. Es paradójico y a veces no se entiende pero las misiones muchas veces son más posibles de lo que se pretende.
Las misiones posibles empiezan con ser posibles cuando el protagonista entiende que el primer imposible es el. ¿En qué sentido? El protagonista debe dejarse trabajar y cooperar para que el margen de imposibilidad disminuya. El deportista enfrenta tantas cosas externas adversas que el mismo debe sentarse a entender, aprender y escribir como podrán hacerle frente y no pensar que puede. La imposibilidad de la vida se agiganta cuando privamos saber cómo manejarla y tratando de avanzar nos encontramos con una pared que tenemos que brincar y no sabemos cómo hacerlo.
POSIBILIDAD:
La misión de manejar las presiones qué pasa un atleta es posible siempre y cuando él o ella reconozcan que requieren planificación, trabajo y equipo. El atleta que piense que puede asumir las tareas que le corresponde en su fuerza de voluntad, sin ayuda de terceros, buenos consejeros y autoridades en el tema cojera más lucha de la cuenta. La misión es posible si se tienen otros ojos y oídos velando por el bienestar integral mirando 360 y más allá. El atleta debe dejarse trabajar desde una perspectiva de equipo para que cuando enfrente la imposibilidad reciba orientación, pautas y guía para saber lidiar.
Las misiones son posibles si reconocemos la imposibilidad de lograrlo en nuestra propia sapiencia y sabiduría. Cuando en el camino vengan los transeúntes llamados decepción, cansancio, frustración, impotencia, desesperación, incredulidad, ira, enojo, opresión y presión, alguien tiene que ayudarnos a callar la imposibilidad que traen esas voces. Esos transeúntes presiden al fracaso y están al asecho buscando un trecho. El atleta no podrá vencer por si misma las voces de “no lo lograrás” que susurran esos visitantes, pero si ya ha reconocido que en sí mismo no podrá buscará la ayuda idónea e ideal.
No hay imposibles para aquellos que reconocen su limitación y lo corto que pueden quedar. Dios Padre nos dejó trazado el camino de cómo avanzar, y parte de asumir la misión imposible de la vida es identificando que solo no lo podremos lograr. La imposibilidad comienza cuando nos creemos la película de que el protagonista debe ser como el Zorro, que peleaba solo sin ayuda de un arsenal. La vida no es esa película y para poder vencerla necesitaremos reconocer la imposibilidad de enfrentarlas solos y la posibilidad de asumirla como equipo. Hacerlo así nos ahorrará desgaste, derroche, momentos de soledad y ahorro de energía y otros recursos más.
“Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad.”
Proverbios 11:14 RVR1960 Hasta la próxima