LOS HOSPITALES: ¿DIAMANTES EN BASUREROS?
Con la publicación de la serie de reportajes Zonas Hospitalarias, otra iniciativa del Listín Diario destinada a penetrar en los problemas que afectan a las personas y a examinar la calidad de los servicios, ha quedado en evidencia que los ciudadanos estamos muy lejos de vivir con estándares elementales de la existencia.
En la periferia de los hospitales de la Capital –y con reproducción en menor escala en todo el paísel desorden domina el ambiente: Arrabalización, basureros, improvisación de mercados, ruidos, asaltantes…
Salvo el personal médico, paramédico, administrativo y asistente de los hospitales, todo el que acude a estos centros sanitarios lo hace porque no tiene opción para recuperar la salud propia o de un familiar que ha caído enfermo.
De lo contrario, por ahí no se acercara nadie porque con un entorno tan poco amigable, cada paso hacia adentro es un riesgo y eso no solo no debe ser, sino que se impone cambiarlo de plano. Antes el Listín se ocupó de examinar a fondo –con la ayuda de eminencias de la medicina dominicanael interior del sistema de salud y las tareas urgentes que se imponen para recuperar su funcionamiento eficaz, los servicios relacionados, la calidad de los equipos, la existencia de implantes y medicamentos “carabelitas”… en fin, el desnudo de una situación deplorable donde la carne de cañón es el paciente. Ahora vemos que penetrar a un hospital en medio de ese entorno hostil, es poco menos que una proeza para valientes, pero obligada a acudir a los centros sanitarios públicos, cada día la gente cae víctima de ladrones, embaucadores, mugre y pestilencia.
Permitir todo tipo de negocios improvisados, dejar crear un ambiente para una fauna de contaminación e inseguridad contra personas indefensas, no es una carta de presentación aceptable para el Estado y una sociedad que se vende al mundo como un país económicamente pujante y apetecido por los turistas. El gobierno del presidente Danilo Medina ha hecho y está haciendo una inversión cuantiosa para modernizar el sistema hospitalario, especialmente en materia de planta física y equipamiento, pero es inconcebible que el Estado no ponga igual empeño en limpiar completamente su entorno, hacerlo un modelo de decencia y seguridad para que quienes allí van por obligación, salgan con satisfacción. Los modernos hospitales no pueden quedar convertidos en diamantes en medio de basureros.