Migración americana
Los rezagados, de vidas más rudimentarias, los sumidos en una cotidianidad primitiva, como los que en diferentes momentos de la era precolombina tocaron el suelo de lo que se llamaría La Española, también migraban.
Esquimales, navajos, cheroquis, apaches, nahuas, aztecas, mayas, taínos o caribes; wayuus, muiscas, quechuas, araucanos, aymaras, guaraníes, charrúas y mapuches, son de los pueblos llamados amerindios que proyectándoles de norte a sur, asumiendo su llegada por el estrecho de Bering, copaban todo el continente americano, algunos moviéndose con discreción y con pequeños desprendimientos; y los nómadas siempre buscando el norte de los alimentos, pero todos sumados a acciones migratorias que hicieron olas a la llegada de los europeos que pronto se convertirían en migrantes conquistadores.
Los africanos arrancados de sus tierras, sumados a los pueblos originarios americanos y los europeos, conformaron un concierto migratorio que trajo al inevitable mestizo, mulato, zambo y, con el tiempo, al criollo que parió, por un lado, la multiétnica nación latinoamericana -una voz compuesta del Américo Vespucio que se supone “descubrió” el error de Cristóbal Colón de que el continente “nuevo” no era la India, y la imposición de lenguas romances como oficiales-, y por el otro, los Estados Unidos de Norte América y Canadá con una historia diferente, escrita por británicos y franceses; este último latino, pero con un proceso de desarrollo capitalista más avanzado que españoles y portugueses.
Las razones que determinaron el avance hacia el capitalismo a diferentes velocidades en el caso de estos cuatro países europeos, se encuentran en los accidentes históricos determinados por alianzas entre el poder político y fuerzas productivas que, en unos casos insistieron en mantener vigentes los remanentes del feudalismo como poder rector de sus sociedades, y, en otros, la clase ya dominante que, emergida del sistema en agonía, hizo uso de sus resortes y poder económico para tomar la conducción del Estado. España y Portugal fueron actores clave en el primer episodio –antihistórico-; Inglaterra y Francia en el segundo, que derivó de un proceso dialéctico.
Los avances y atrasos, como fenómenos económicos, políticos y sociales que marcaron la vida de estos países al momento de producirse la llegada del marinero “genovés”, fueron reproducidos en América para crear dos realidades: Estados Unidos y Canadá por un lado, y Latinoamérica por otro.
Antes que Colón arribara por estos lares creyendo que había llegado a la India, nuestros aborígenes, como hemos afirmado, migraban de un lugar a otro, por ello, luego de que el almirante “descubriera” lo que luego sería La Española, otros pueblos indígenas, además de los taínos, tuvieron el placer de descubrirla para seguir sus andanzas descubridoras en la ruta Este/Oeste.
La llegada de los españoles a este continente desató una oleada migratoria tan grande que, tras convertirse en conquista, barrió con lo encontrado hasta diezmar la población aborigen para llenarla de los que vinieron.