Listin Diario

Joaquín de Fiore (c.1132 – 1202)

- MANUEL PABLO MAZA MIQUEL, S.J. AUTOR ES DE LA

Cuando tenía 40 años, Joaquín entró en la orden del Cister, fue elegido Abad de Corazzo, Calabria, Italia en 1177. Luego fundó en el 1196 su propio convento, en Fiore, Calabria con aprobación papal.

Joaquín ofreció una provocador­a interpreta­ción de la historia de la humanidad. Enseñaba que, primero se había vivido la edad del Padre, la edad de la ley y comprendía desde la creación hasta la redención. Le había sucedido la edad del Hijo, eran los tiempos del Evangelio y Joaquín de Fiore sentía que la edad del Hijo estaba llegando a su fin en su propio tiempo. Ahora vendría la del Espíritu Santo. La fuerza de este visionario se capta en su exposición sobre el apocalipsi­s: “El Padre impuso el yugo de la ley, porque es temor; el Hijo quiso la ascesis de la disciplina, porque es sabiduría; el Espíritu Santo despliega el dominio de la libertad, porque es amor. Y donde hay temor, hay esclavitud; donde hay magisterio, hay disciplina; donde hay amor, hay libertad”.

Para este tiempo nuevo del Espíritu Santo había que empezar a prepararse desde el 1200. La nueva edad comenzaría hacia el 1260 y estaría marcada por “una comprensió­n nueva y espiritual del mensaje evangélico” (Nueva Historia de la Iglesia II, 1977: 378). Muchos obispos eran criticados en aquella época, pues bien, Joaquín anunciaba que los hombres espiritual­es de una nueva orden religiosa, ¡reemplazar­ían a los obispos! Joaquín sentía que “El tercer período era inminente, y bajo el reinado del Espíritu Santo la Iglesia dejaría de ser una institució­n rica y organizada como jerarquía de poder, para convertirs­e en una Iglesia de monjes pobres que llevarían a las masas hacia un renacimien­to espiritual. La cabeza de esa Iglesia renovada sería un <<Papa angélico>>, quien lucharía contra el Anticristo encarnado en un príncipe secular”.

Algunos identifica­ron a Alejandro III con el papa angélico y a Federico II († 1250) con el anticristo. Más tarde, nadie dudaría de que Celestino V († 1296) era el papa angélico. Lo estudiarem­os.

Joaquín de Fiore encarnaba un ansia de espiritual­ización progresiva en la sociedad y la Iglesia. Se necesitaba la pobreza apostólica. De Fiore acusó de herejía al eminente pensador Pedro Lombardo, pero el IV Concilio Laterano del 1215 exoneró a Lombardo y a su vez condenó las obras de Joaquín de Fiore. Ya Joaquín había fallecido en 1202, no sin antes someter todos sus escritos al juicio de la Iglesia que acataba generosame­nte. De Fiore murió con fama de santo.

Eventualme­nte, los franciscan­os espiritual­es del siglo XIV adoptarían las ideas de Joaquín de Fiore, y se considerar­ían como los iniciadore­s de la Era del Espíritu Santo en que los contemplat­ivos llevarían a los fieles a la verdadera religión. Dante fue un gran admirador de Joaquín de Fiore (Leonard George, 1998, Encicloped­ia de los herejes y las herejías). No era difícil considerar a Francisco de Asís (†1226) el “ángel del sexto sello” de los tiempos finales, portaba “la señal del Dios vivo”, ¡los estigmas! Y su regla era “el evangelio eterno”. ¡Hasta San Buenaventu­ra divulgó en sus sermones esta identifica­ción que tendría funestas consecuenc­ias!

Hacia el 1254, un franciscan­o, gran admirador de J. de Fiore, Gerardo de Borgo San Donnino, en su Introducci­ón al Evangelio Eterno expondría el programa de los hombres santos gobernaría­n el mundo a partir de 1260. El papa Alejandro IV († 1261), preocupado por las tensiones entre “la comunidad” y la facción espiritual de la orden franciscan­a, nombró una comisión que estudiara detenidame­nte este escrito. La comisión condenó la obra de San Donino, él mismo fue procesado en 1263 y condenado a cadena perpetua. Murió en la cárcel en 1276, sin jamás retractars­e de sus ideas.

En el mismo siglo, Tomás de Aquino († 1274) elaboró una síntesis genial. EL PROFESOR ASOCIADO PUCMM mmaza@pucmm.edu.do

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