MEDELLÍN: CIUDAD MODELO PARA SANTO DOMINGO
Medellín es una ciudad que está en constante cambio a favor de su gente. La transformación para lograr convertirse en una ciudad funcional e integral le ha llevado más de 20 años.
Un sistema de transporte eficiente, espacios públicos adecuados para el disfrute de sus ciudadanos e infraestructuras de calidad han hecho de este lugar un espacio confortable para quienes allí viven.
Su transformación sirve de ejemplo para ciudades como Santo Domingo, que lidia con un precario sistema de transporte y cuya movilidad vial resulta un dolor de cabeza para quienes día a día andan por sus calles.
Pero, ¿Qué se ha hecho en Medellín para convertirse en lo que es hoy?
De acuerdo con el gerente de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), regional Antioquia, Eduardo Loaiza, la sinergia que se ha logrado entre el sector público y privado, la visión de futuro y la realización de planes maestros han sido las estrategias que han permitido que Medellín sea una ciudad lógica.
“Ese trabajo articulado es muy importante en conjunto con los planes a largo plazo”, dijo a LISTÍN DIARIO.
Loaiza considera que así como Medellín ha logrado transformarse, Santo Domingo puede hacerlo de igual manera, aprovechando sus potencialidades como ciudad turística e histórica.
Indica que para conseguir un cambio se deben implementar iniciativas a largo plazo, que permitan la continuidad de los proyectos que se han decidido realizar. Es decir, que los planes vayan más allá de un período gubernamental.
“Aprovechar el potencial que tiene Santo Domingo resultará beneficioso para desarrollar una ciudad integral que complemente el turismo con la historia. Ustedes tienen cerca de todas las islas del Caribe, lo que les permitiría convertirse en un centro logístico de intercambio de llegada y salida de mercancías de todo tipo. Eso les generará ingresos de impuestos que a su vez dinamizará la economía y generará empleos”, asegura.
Explica que lo más importante es tener visión de futuro y querer hacer las cosas bien. Crear espacios públicos, arbóreos y de movilidad. Tener un plan que establezca lo que se quiere, cómo se quiere, dónde y quién lo va a hacer si el sector público o privado y cómo se va a financiar.
“Donde han fallado nuestras ciudades de América Latina es en que dibujamos la paloma, pero no la ponemos a volar y se pone a volar y no todo tiene que hacerlo el Estado. Hay cosas que se hacen por peajes, recursos públicos, alianza público-privada, cooperación internacional, o simplemente el sector privado se encarga”, asegura.
Afirma que parte de la labor social del sector privado es generar recursos y empleos y convertirse en garantes para que se hagan las cosas que la ciudad necesita, no para hacer lo que convenga más a los empresarios.