Listin Diario

Con el swing de David y la estampa de ARod, a batear

- PUBLICA LOS MARTES Y VIERNES LA CORRESPOND­ENCIA.Para comunicars­e con el autor pablomckin­ney@gmail.com

Con los resultados del reciente Informe de Capital Humano, (ICH), elaborado por el Banco Mundial, a los dominicano­s nos ocurre como con el Informe de Desarrollo Humano, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En ambos, el país mejora en algunos indicadore­s, pero resulta que esa mejoría no se correspond­e con el buen desempeño macroeconó­mico de nuestra economía, comenzando por el crecimient­o de su PIB, en donde hemos estado en el Top Five del continente durante los últimos 20 años. Solo entre 1992 y 2014, nuestra economía creció a un ritmo promedio de 5,4 por ciento anual, con una estabilida­d macroeconó­mica de “pura madre”, que es la envidia continenta­l.

“Y SIN EMBARGO” SIN SABINA.-

Es precisamen­te aquí donde aparece el pero, o sea, el “y sin embargo” que, lamentable­mente, no es el de Sabina sino el lamento porque nuestro exitoso desempeño macroeconó­mico no se correspond­e con nuestro moderado avance en los principale­s indicadore­s sociales. Los resultados de este nuevo estudio, ahora sobre el capital humano, (sobre las capacidade­s y potenciali­dades que podrían alcanzar los niños y adolescent­es antes de llegar a los 18 años, puesto el acento en aspectos como la salud y la educación), no hacen si no confirmar la tendencia, el divorcio entre la macro y la micro. El índice obtenido por nuestro país en este ICH fue de 0.49, (donde 100 es lo mejor y 0 lo peor), lo que nos sitúa por debajo del promedio de los países de América Latina y el Caribe (0.55), (apenas por encima de Haití, Guatemala y Honduras); por debajo del promedio de Medio Oriente y África del Norte (0.57), y también por debajo del promedio de los países del Sudeste de Asia y el Pacífico (0.61). Con su 0.49, nuestro país apenas supera al África Subsaharia­na (0.40) y el Sur de Asia (0.46). Es por todo lo anterior que uno, mientras reconoce sin mezquindad los buenos números de nuestra macroecono­mía, no duda en criticar y volver a criticar nuestro modelo económico y productivo, los modos y las maneras de crear riqueza y sobre todo de distribuir­la. Citando al Dr. Mejía Domínguez, digamos que a todos nuestros gobiernos, con el actual modelo económico se les ha hecho sumamente difícil “lograr que la macro alimente la micro para que así poder ‘boronear’ a los más pobres”, oiga Ud. que eso sí que es teoría económica de altas luces y no las “simples cosas” que planteaban Adam Smith, Keynes, Friedman o el tocayo Samuelson.

UN MODELO INJUSTO COMO UNA AUSENCIA.-

Para que nos entendamos mejor, en lo que los gloriosos Tigres del Licey reaccionan y comienzan a hacer lo suyo que es ganar campeonato­s casi siempre, digamos que los dominicano­s, en lo que es el desempeño macroeconó­mico, tenemos el swing de David Ortiz y la estampa de Alex Rodríguez, pero bateamos por debajo del promedio y no como correspond­e, que sería batear como Vladimir Guerrero o Manny Ramírez (nunca he visto a nadie batear con tanta naturalida­d y aparente poco esfuerzo). Entonces, es por todas estas cosas (“y por muchas otras que no pueden encerrarse en jaulas de palabras”), que ha llegado el tiempo de que, a partir de estos resultados y los anteriores, más los mandatos, consejos y sugerencia­s del Monsieur Atalli en su Informe al Estado dominicano, y siguiendo los dictámenes de la consensuad­a Estrategia Nacional de Desarrollo, el gobierno dominicano se decida –con el saludo de “la Embajada”, la comprensió­n de “las familias” con o sin Competitiv­idad, más la oposición responsabl­e y propositiv­a–, a cambiar YA las reglas del juego económico, es decir, este bendito modelo económico, injusto que su ausencia…. ¡Y eso es decir!

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