UNA SILLA ES LA ‘CAMA’ DE ANCIANA
LA SEÑORA FUE DEJADA POR FAMILIARES HACE UN AÑO Y ENCERRADA EN UNA HABITACIÓN
“Tengo hambre”, “dame algo”, “mija, búscame un chin de arroz”. Estas son las frases que repite en voz baja, una y otra vez, una anciana que fue abandonada a su suerte por sus familiares hace más de un año, en una habitación de alquiler en el sector Los Ríos.
(+) Esa dramática escena es la que se repite en su vida día y noche, a la espera de que algún vecino le ofrezca agua y comida, o el que la abandonó vaya a darle de comer. Tengo hambre”, “dame algo”, “mija, búscame un chin de arroz”. Estas son las frases que repite en voz baja una y otra vez una anciana que fue abandonada a su suerte por sus familiares hace más de un año, en una habitación de alquiler en La Esperanza del sector Los Ríos.
Al llegar a la pequeña habitación se puede observar a la desamparada anciana sentada en una silla plástica que se ha convertido en su única zona de confort, a medio vestir, con signos de demencia, desnutrición, cansancio e invadida por el fuerte hedor que expide el lugar producto de sus propios desechos.
Esa dramática escena es la que se repite en su vida día y noche, a la espera de que algún vecino le ofrezca agua y comida, o que aquel hijo que la abandonó en aquella vivienda vaya a darle de comer.
La difícil situación de la señora, a quien todos conocen solo como Rivera, su apellido, fue descrita por la pre- sidenta de la Junta de Vecinos de esa localidad, Yolanda Morillo, quien explicó que fue dejada por su hijo en una vivienda desde el año pasado, y que pese a los esfuerzos de los comunitarios en buscar ayuda de las autoridades, no han recibido respuestas.
“Mi hermano le alquiló esa habitación a un hombre pero nunca lo veíamos, luego los vecinos empezaron a escuchar quejidos provenientes de dicha vivienda y cuando abrimos la puerta encontramos a esa doñita en una silla, desnutrida y sucia de sus propias necesidades”, narró Morillo.
Señaló que desde aquel momento han recurrido a diferentes autoridades como la Policía Nacional, el Ministerio de Salud Pública, el Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 911 y el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (Conape), “pero nadie ha venido por ella”.
“Hace más de un mes busqué la dirección de Conape, y fui allí, porque ellos son los encargados de estas personas envejecientes, y aun estoy esperando por ellos”, reveló Morillo.
Con relación al hijo de la señora, sostuvo que fue conminado por la Policía para que se llevara a su madre a un lugar mejor, pero éste se negó. “La Policía le dijo al hijo que debía llevársela, pero él dijo que no podía porque es taxista y su casa es su carro”, indicó.
Morillo resaltó que el vástago de la señora es visto en la zona una o dos veces al mes, le da algo de comida y luego se marcha. “Cuando suele aparecer le deja un poco de comida en una cantinita y luego se va sin hacer preguntas”, apuntó.
La dirigente comunitaria destacó que durante el tiempo que la señora ha permanecido en aquel lugar los vecinos le llevan comida y otros la bañan; sin embargo, como se les dificulta hacerlo constantemente la mujer permanece encerrada en la vivienda y muestra un estado de desnutrición, deshidratación y descuido.