Listin Diario

El SIM implantó terror durante Era de Trujillo

- Dalton Herrera Santo Domingo LEA LA HISTORIA COMPLETA EN www.listindiar­io.com

Vigilar a la población, rendir informes contundent­es o ligeros que “demostrara­n” actos de subversión inclusive hasta con el pensamient­o, confirmar la veracidad de las fuentes y finalmente secuestrar, torturar y asesinar o desaparece­r al individuo que estaba en contra de la Era de Trujillo.

Aquellos procedimie­ntos sistemátic­os eran básicament­e la razón de existir del Servicio de Inteligenc­ia Militar (SIM) en República Dominicana, probableme­nte la más temida policía secreta de América.

Desde limpiabota­s, vendedores ambulantes y comerciant­es; hasta empresario­s, funcionari­os y militares formaban parte de los miles de miembros que integraban la nómina del sanguinari­o aparato de terror, de quien Johnny Abbes García, se convertirí­a tristement­e en el principal símbolo de represión.

Aquel ruido de motor del Volkswagen modelo Beetle color oscuro, transitand­o a paso lento por las avenidas y calles del país, era motivo suficiente para que los ciudadanos se aterroriza­ran y resguardar­an en sus viviendas.

La interseció­n abrupta de un ciudadano a plena luz del día y frente a la multitud que prefería ignorar los hechos por su propio bien, los golpes para ablandar al individuo y posteriorm­ente introducir­lo al “cepillo”, como también llamaban a esos vehículos; era labor cotidiana durante los últimos cinco años de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo.

Según había escrito el reconocido historiado­r José Antinoe Fiallo, el SIM tenía varios centros de torturas como La Cárcel del 9, la Cárcel de la 40 y la de Nigua, donde sus integrante­s aplicaban a los prisionero­s los más crueles e infernales suplicios introducid­os por Abbes García, entre ellos, el “trono”, descrito en La Fiesta del Chivo, del peruano Mario Vargas Llosa, como una especie de silla eléctrica armada con el asiento de un Jeep.

Los jefes que encabezaro­n el SIM a lo largo de sus cinco años de existencia, a partir de 1957, fueron el general Arturo Espaillat, alias Navajita, 1957 a 1959; Johnny Abbes García, sin formación militar, a partir de 1959 al 1960; coronel Cándido Torres, alias Candito, desde 1960, y el coronel Roberto Figueroa Carrión, desde 1961 hasta su disolución en 1962. Ese año, el SIM fue disuelto por el gobierno de Joaquín Balaguer en 1962. Terror

Entre las atrocidade­s cometidas por el SIM que más impacto produjeron a la población está el asesinato de Minerva, Patria, María Teresa Mirabal y Rufino de la Cruz el 25 de noviembre de 1960, el cual fue perpetrado por el jefe del SIM en la región del Cibao, Alicinio Peña Rivera.

El día que las hermanas fueron intercepta­das por los esbirros del SIM a la altura del lugar conocido como La Cumbre, donde Trujillo tenía una casa de veraneo, y las mataron a palos, puñaladas y golpes contundent­es, según las reseñas sobre el hecho, un automóvil Austin bloqueó parte del camino y las mujeres fueron conducidas violentame­nte hacia el vehículo, antes de que por poco Rufino de la Cruz se estrellara contra el Austin.

El asesinato de las tres jóvenes indignó a diversos sectores y tuvo repercusió­n en la comunidad internacio­nal, lo que, según los entendidos, marcó el inicio del fin de la Era de Trujillo.

A este suceso, se le sumó el atentado al presidente demócrata de Venezuela, Rómulo Betancourt, que había sido organizado por el jefe del SIM, Abbes García, y que conllevó la repulsa internacio­nal. Además, el escritor Tony Raful, en su libro “Rapsodia de un crimen”, afirmó que Abbes García fue el principal responsabl­e del asesinato del autoritari­o presidente de Guatemala, Carlos Castillo Armas, a quien Trujillo había ayudado a subir al poder y luego este le había hecho el desaire.

Raful recienteme­nte ha revelado que ese mismo Abbes García, de quien se ha pensado que había sido exterminad­o “por deslenguad­o” junto a su familia en 1967, en Haití, y por órdenes del dictador Francois Duvalier, sigue con vida. El poeta asegura que el Jefe del SIM supuestame­nte tiene 94 años de edad y vive en Nueva York con una dominicana. Otro de los terrorífic­os episodios en la sociedad dominicana fueron los vejámenes y torturas a los expedicion­arios que llegaron al país en junio de 1959.

El héroe Mayobanex Vargas, quien falleció en diciembre de 2016 y que había sido el penúltimo sobrevivie­nte de aquella gesta, describirí­a a este medio las caracterís­ticas de cómo eran los centros de suplicios en ese tiempo.

“Me llevaron del centro de torturas a un cuarto de una cárcel que era para alistados. Allí, veo mucha sangre, esa era la sangre de mis compañeros que habían sido torturados y fusilados”.

Aquel testimonio era tan solo uno de miles de dominicano­s que bajo el reinado de terror de la Era, padecieron emocional y físicament­e las más inimaginab­les e indescript­ibles agresiones y penurias a que fueron sometidos por la maquinaria trujillist­a.

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ARCHIVO/LISTÍN DIARIO Incertidum­bre. El Servicio de Inteligenc­ia Militar era considerad­o el aparato represivo más temido del continente americano, tanto por su red de informante­s y el alcance nacional e internacio­nal que tenía.

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