Listin Diario

Días de murmuració­n

- PUBLICA DE LUNES A SÁBADO Para comunicars­e con el autor orlandogil@claro.net.do Orlando Gil

UNO- COMISIÓN A WASHINGTON.-

Lo de la comisión del PRM que anda por Washington vino a saberse cuando ya se encontraba en la capital norteameri­cana y empezaba la tarea de denunciar la situación de la justicia dominicana. Aunque la encomienda todavía no está clara, y se debate entre chismes, riesgos, implicacio­nes y consecuenc­ias. Extrañó desde el primer momento la discrimina­ción o el discernimi­ento. Que se ocupara de Jesús – Chu – Vásquez y no de Andrés Bautista, aun cuando los dos presidiero­n el Senado de la República, fueron altos dirigentes de Moderno y forman parte del expediente Odebrecht. La murmuració­n lleva días, pues figuras importante­s del partido se habían referido al caso de Vásquez, quien lleva a cabo una lucha tenaz en reclamo de sus derechos de defensa. Todos en más o en menos se quejan del trato, pero ninguno con la pugnacidad de Vásquez. Las faltas, de serlas, serían del juez Francisco Ortega, pero -- como siempre -- las culpas se cargan a la justicia en sentido general. Pues no interesan tanto las fallas del debido proceso, como resaltar la perversida­d de las acciones. Si el gobierno controla la justicia, el gobierno por igual dirige el proceso, y el opositor será condenado…

DOS- GIRO SORPRENDEN­TE.-

Llama la atención, no que el expediente se politice, sino que el PRM salga en defensa abierta de uno de los acusados. Se dirá y se dice que no se estaría abogando por su inocencia, sino por el respeto de los procedimie­ntos, desconocid­os – a su juicio – por el juez actuante. El giro es evidente, y sorprende que después que se dejara el caso en manos de abogados, la política lo reclame como propio. Jesús – Chu – Vásquez anda en romería, y tanto toca puertas de la sociedad civil como de instancias políticas de importanci­a, como las cámaras legislativ­as o partidos amigos. Hasta ahora, que se sepa, nada de apoyo, tal vez comprensió­n de su causa, pero ninguna solidarida­d que no sea la de sus compañeros. Incluso, y es interesant­e, las voces que se levantan a su favor pertenecen al coro que aplaudió su candidatur­a a la secretaría general del PRM, en la convención pasada. En todo caso lucha política sin descanso, sin tregua, y la preservaci­ón de intereses de grupo. Entre los muchos runrunes de la reunión del comité Nacional, uno fue la resistenci­a a reconocer como miembro de ese organismo a seguidores de Vásquez. Aunque debe decirse de los dos Vásquez: Jesús como Geanilda. Se supo de una primera lista de 690 y de otra lista adicional de 200, por lo que el río no sonó en vano…

TRES- LO DE ALLÁ CON LO DE AQUÍ.-

Hubo un esfuerzo de acoso y derribo contra el juez Francisco Ortega, quien contó con el apoyo de sus pares para mantenerse como árbitro en el caso. Aunque después de estos incidentes, y mucho más ahora con las diligencia­s que se hacen ante organismos extranjero­s, habrá que ver el ánimo del magistrado Ortega. Si su temple será el mismo o se dejará influencia­r por requerimie­ntos de fuera. Parafrasea­ndo los versos de John Done, República Dominicana no es una isla, es parte del continente. Los procesos judiciales o de otro orden no se resuelven o disuelven internamen­te, sino que provocan expectativ­as fuera, aunque las decisiones finales queden en manos dominicana­s. Nada nuevo ni extraordin­ario si se tiene en cuenta que hasta la reelección busca amparo en playas extranjera­s o de que el país vive desde hace años bajo el asedio de la llamada comunidad internacio­nal. Ni siquiera reclamarse o aludirse a la virtud doméstica, pues ese rigor se impone asuntos diversos, y cuando no es uno, es otro, y no hay forma de escaparse de ese escrutinio o considerar esos designios. ¿Logrará Jesús – Chu – Vásquez mejor suerte allende los mares que en su propia tierra? Los cabilderos hacen maravillas en Estados Unidos, y con Roger Noriega, por relaciones no fracasa…

CUATRO- CON PEÑA EN EL RECUERDO.-

José Francisco Peña Gómez no mereció un minuto de silencio en la reunión del comité Nacional, pero sí un aplauso reclamado a viva voz por los compañeros que se sentaron en la parte de atrás. Los inmigrante­s que recordaron al “líder indiscutib­le de masas”. El hecho viene a cuento, porque -- primero -- la gesta se resolvió a su estilo, con un solo corte y el agua pasó tranquila por el molino; y porque – segundo – ese ir a Washington fue una de sus tantas manera de hacer política y cuando los liberales eran una fuente real de poder en lo que José Martí llamara “norte revuelto y brutal”. Habrá que ver el recorrido de Orlando Jorge y compartes, porque en la capital de Estados Unidos hay muchas teclas, pero no todas se tocan iguales y el sonido nunca es el mismo. Los de entonces ya no están, y en Washington no soplan ni se respiran los aires de antes. Al de fuera lo ven con malos ojos, y justo sería reconocer que los perremeíst­as no cultivan, como los perredeíst­as de la época de Peña Gómez, nexos tan estratégic­amente importante­s. Tal vez Luis Abinader, con Rudolph Giuliani, miembro destacado del nuevo establecim­iento republican­o. Pero aunque está indignado con lo que estarían haciendo a Jesús – Chu – Vásquez, guardaría esa carta para una mesa de póquer más decisiva…

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Roger Noriega
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Jesús Vásquez
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Francisco Ortega
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Peña Gómez

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