Haití transita su ruta contra la corrupción
En los actuales momentos históricos, el pueblo haitiano transita su propia ruta contra la corrupción, siendo motivo presente los manejos turbios de las operaciones con el petróleo importando desde Venezuela en el programa Petrocaribe.
Sobre Haití cae como fenómeno atmosférico la falsa creencia de ser un pueblo sin conciencia histórica ni social, pese a su protagonismo en la primera lucha de un pueblo por su Independencia en América Latina.
Otra falsa creencia piropeada mediáticamente en la región era la lucha contra la corrupción, falsedad caída por su peso en el pueblo dominicano con las movilizaciones de Marcha Verde durante casi dos años, y ahora en Haití, con las recientes protestas contra la corrupción de sus politiqueros con Petrocaribe.
Motu proprio, los haitianos pusieron al desnudo los entresijos de los amarres y maniobras corruptas en un trasiego comercial que debió ser orientarse a bajar los precios de los combustibles a favor de las mayorías haitianas. El mérito de Marcha Verde en nuestro país es precisamente haber activado a la población para en la captación y entendimiento de la gravedad de la corrupción como cáncer que acogota la sociedad dominicana y las perspectivas, aún lejanas, de poner punto a impunidad.
Los poderosos en Haití, aquí y más allá tienen hilos y plataformas para torcer los movimientos sociales y presentar imágenes confusas del acontecer.
Eso basta para entender las versiones y especies puestas a circular, por ejemplo de Marcha Verde, a cargo de las bocinas y amplificadores palaciegos.
En Haití la realidad y los resortes mediáticos son distintos a los “del patio”, sumándose, allá y aquí, un pueblo de “reacciones pesadas” de manera recurrente.
Es obvio que el pueblo haitiano emprende un nuevo despegue en su lucha contra las bellaquerías sistemáticas en sus franjas de poder. Ya se verá el rumbo a tomar en el presente tramo la lucha del vecino pueblo, dándose por seguro que “no hay marcha atrás”: el mismo designio del pueblo dominicano.