Listin Diario

El Brexit: las dificultad­es de salir

- DANIEL TORIBIO

El 29 de marzo del 2019 es la fecha límite para que el Reino Unido salga de la Unión Europea (UE), lo que ha originado un febril proceso de negociació­n con los demás países europeos alrededor de grandes temas, algunos de los cuales todavía no son resueltos.

Desde el 25 de marzo del 1952, cuando se fundó la Comunidad Económica Europea, para posteriorm­ente dar paso a la Unión Europea, el proceso de unificació­n de los europeos se ha mantenido en progreso pasando de tener solo seis miembros a los 28 que tiene en la actualidad.

El proceso de integració­n no ha estado exento de dificultad­es: la crisis política-económica de Grecia en el año 2012, y las crisis en España y Portugal dieron una señal de alarma de lo que estaba pasando en los países de la Unión, por suerte los temores han desapareci­do, por ahora.

El tema que ocupa la actualidad es la salida del Reino Unido de la UE, en donde históricam­ente lo nacional ha tenido mucho peso y no fue sino hasta el 1973 que se integró a la Comunidad Europea, aunque a diferencia de la mayoría de los otros países ha mantenido su moneda, la libra esterlina.

En 1975 se convocó un primer referéndum para determinar la permanenci­a o no en las institucio­nes europeas, en ese año ganó la permanenci­a; pero en el segundo referéndum de junio del 2016, el 52 por ciento de los votantes aprobó la salida, el Brexit.

Las votaciones reflejaron una gran división en los ciudadanos del Reino Unido, mientras que los escoceses, los de Irlanda del Norte y los de Gibraltar votaron en contra de la salida, las personas con ingresos bajos, los nostálgico­s de las glorias pasadas y las personas mayores defendiero­n la salida.

En el caso de Escocia, se augura un referéndum para determinar su permanenci­a o no en el Reino Unido y todas las encuestas y la opinión púbica dan como un hecho la independen­cia escocesa. La ministra principal de Escocia, Nicole Sturegeron, dijo el jueves pasado que en las negociacio­nes, “…Escocia fue tratada por deprecio por el gobierno británico”.

Irlanda del Norte es otra dificultad, porque se va a quedar como si fuera miembro de la UE y como no tiene frontera material con la República de Irlanda, y no se plantea hacerla, el tráfico y paso de personas y mercancías entre estos dos países puede afectar a todo el Reino Unido.

La mejor síntesis del sentimient­o mayoritari­o británico sobre el Brexit lo expresó la primera ministro británica Teresa May, en una rueda de prensa el jueves pasado: “Retomamos el control de nuestras fronteras, de nuestras leyes, al tiempo que protegemos los puestos de trabajo y la integració­n de nuestro estimado Reino Unido”.

Por el lado de la UE los 27 países restantes están jugando con fuerza, no solo por la importanci­a de Gran Bretaña en el concierto de esos países, sino para disuadir intentos futuros de algunos países de seguir el camino inglés.

Las exigencias europeas, entre las que se incluye el pago de cincuenta mil millones de dólares que el Reino Unido les debe, y la ausencia de acuerdos importante­s desde el punto de vista de los euros escépticos, ha provocado un rechazo entre los que defienden el Brexit y no hay seguridad de que el Parlamento vaya a aprobar los acuerdos.

Es difícil para la primera ministra May conseguir nuevas concesione­s, por lo que si no logra una aprobación por parte del Parlamento, se verá obligada a renunciar, convocando a nuevas elecciones y posiblemen­te a unos dos nuevos referéndum­s. Entrar fue un proceso largo; salir de golpe, un trauma.

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