ANOCHE BUSCABAN MÁS VÍCTIMAS ENTRE LOS ESCOMBROS
Manuel Rosario Ramírez se encontraba en uno de los almacenes de la fábrica Polyplas al momento de la explosión que sacudió a todo el sector Villa Agrícolas y otras zonas aledañas.
Tras más de una hora que duró la fuga de gas que inició a las 11:00 de la mañana y se extendió hasta las afueras del establecimiento, Manuel pudo hablar por el celular con su madre Fausta Ramírez para decirle que el agente de seguridad no lo quería dejar salir de ahí porque no estaba permitido, a pesar del grave peligro que se cernía sobre todos.
Momentos después se cortó la comunicación y fue la última vez que ella pudo escuchar la voz de su hijo. Hasta el momento él es uno de los tantos desaparecidos que no se encuentran en ningún hospital, y que todavía no han sido encontrados bajo los escombros de aquel desolado lugar.
Pero así como Fausta en busca de respuestas caminaba anoche por los alrededores de la calle Aníbal de Espinosa, donde está ubicada la fábrica Polyplas, unas cinco familias buscaban desesperadas a sus parientes que trabajaban en uno de esos almacenes.
Una de ellas es Ana Francisca Guzmán, quien cuenta los últimos segundos de conversación que tuvo con su cuñada, Rosa Melia Peña, quien también había logrado comunicarse por su celular antes de que ocurriera la terrible explosión.
“Ella me dijo, ‘cuñada estoy atrapada en la segunda y no puedo respirar’, ella me dijo que llame al 911 pero ahí mismo explotó la fábrica y desde entonces no he sabido nada”.
El panorama era desgarrador. Los militares, policías y el cuerpo de Bomberos realizaban las respectivas tareas de búsqueda para hallar alguna señal de vida.
Antes de las 4:00 de la tarde ya el fuego estaba apagado; sin embargo, los operativos siguieron hasta en la noche para el retiro de los destrozos provocados por la amplia onda expansiva que abarcó varios kilómetros de radio hacia todas las direcciones.
Hasta anoche no se sabía la cantidad oficial de los muertos, tampoco el número de desaparecidos.
Solo datos preliminares de al menos cuatro personas muertas y alrededor de 83 heridos se mostraban ante la opinión pública, a sabiendas de que la fatídica estadística hoy podría ascender.