Listin Diario

“PENSÉ QUE SE HABÍ

- Lewis Martínez Alicia Estévez Santo Domingo Juan Salazar Felipe Ciprián “Momento desesperan­te”

Primero fue el estruendo, luego le siguió el terror y la incertidum­bre. Así describen decenas de moradores y vecinos el momento vivido la mañana de ayer en el sector Villas Agrícolas de la zona norte de la capital, tras la explosión ocurrida en la fábrica Polyplas.

“Yo pensé que se había caído un avión. Mis trabajador­es y yo salimos corriendo y cuando miramos arriba lo primero que vimos fue que el cielo se había puesto negro”, cuenta Eugenio Núñez, de 42 años, quien es propietari­o de un taller de reparacion­es ubicado en la intersecci­ón de las calles Moca y 30, cerca del lugar del accidente.

Narra que se alejaron del lugar por la humareda pero además porque sentían que la tierra también temblaba.

Incluso a varias cuadras del lugar de los hechos, el alcance y la fuerza de la explosión fue clara: varios negocios y edificios tenían los cristales rotos y otras partes de su edificació­n afectada.

Por esta razón, algunos dueños de negocios decidieron no dejar sus puestos de trabajo, pese a la relativa cercanía con el lugar del accidente, según ellos, por miedo a posibles saqueos.

Aún más cerca de la zona, el impacto también sorprendió a estudiante­s y personal del Palacio Escolar España, la cual se encuentra próximo a Polyplas, donde cientos de alumnos fueron evacuados y un poste del tendido de alta tensión fue derribado a causa de la explosión.

“Mis hijos llegaron a casa llorando porque de la escuela los hicieron salir corriendo, yo como madre no puedo vivir con eso”, dijo María Alejandrin­a, madre de dos hijos, quien a pesar de encontrars­e entonces a tres cuadras del lugar del accidente, aún intentaba recuperar la respiració­n a causa del estrés y el pánico de la situación vivida momentos antes. El siniestro ocurrió cerca de las 11:30 de la mañana. Varios testigos aseguran que se produjeron alrededor de tres explosione­s consecutiv­as: dos leves y otra de mayor intensidad. Katherine Ynfante, quien labora en una oficina cerca del lugar de la explosión, dijo que escuchó un gran estruendo y sintió como el escritorio donde trabaja se movió con gran fuerza.

“Me sobresalté y sentí como que la tierra había temblado, cubrí mi cabeza pero nada cayó. Cuando salgo veo a las personas desesperad­as corriendo y gritando que un tanque de gas había explotado”, indicó.

Confesó que lo más angustiant­e fue escuchar las versiones de que había muchos niños y personas heridas. “Parecía una película, todos corriendo, gritando, madres llorando por sus hijos en las escuelas cercanas, los rumores de que habría otra explosión. Fue un momento muy desesperan­te, caótico. Veíamos el humo negro, subir y subir, y las personas corriendo diciendo que iba a explotar nuevamente, gracias a Dios todo mejoró pero la verdad que parecía una escena de película de suspenso”, dijo la joven sobre los segundos que siguieron al poderoso estallido.

Algunos residentes en los alrededore­s de la fábrica se alejaron varias cuadras del lugar porque se difundió la versión de que otro tanque podía explosiona­r.

Robos

Los momentos de angustia, dolor e incertidum­bre fueron aprovechad­os por delincuent­es para penetrar a viviendas que los vecinos abandonaro­n presurosam­ente por temor a que siguieran las explosione­s y a las llamas que se expandían.

De algunas viviendas fueron sustraídos electrodom­ésticos y otros objetos de valor. Personas que también tomaban imágenes y vídeos con sus celulares en las calles fueron despojados por antisocial­es de sus aparatos.

En la zona del sector Villas Agrícolas donde ocurrió el suceso predomina una dinámica actividad comercial y, específica­mente la calle Aníbal de Espinosa, donde está ubicada la empresa Polyplas, se considera que se creó la primera zona industrial del país.

La tragedia ocurrió en la empresa Polyplas, que oferta más de 100 productos diferentes, como botellas y vasos plásticos, botellones y tapas, envases desechable­s, productos de cuidado personal y del hogar y lubricante­s automotric­es, entre otros altamente inflamable­s. El accidente se reflejó también en el polígono central de la ciudad, donde el tránsito habitual disminuyó luego de que el Ayuntamien­to del Distrito Nacional (ADN) pidiera a la ciudadanía reducir sus desplazami­entos para facilitar la circulació­n de los vehículos de emergencia.

En horas de mucho tráfico, como las 5:00 de la tarde, la circulació­n vehicular tanto este-oeste como oeste –este, en la avenida 27 de Febrero que, a esa hora, suele estar atestada de vehículos, lucía mucho más escasa y manejable. Esto evidenciab­a que la ciudadanía respondió a un pedido inusual en el país cuando ocurren situacione­s de emergencia como la sucedida ayer. Durante toda la tarde las sirenas de las ambulancia­s y los bomberos se hacían sentir por encima del ruido de una ciudad que se percibía más tranquila de lo habitual. “Solicitamo­s a la ciudadanía reducir el desplazami­ento en calles y avenidas principale­s de la ciudad, para que los vehículos de emergencia pudieran trasladars­e de manera más efectiva”, expresa el comunicado del ADN. El ministro de Educación, Andrés Navarro, lamentó la explosión que afectó cinco escuelas y varias estancias, dejando a nueve estudiante­s con heridas y dispuso medidas de apoyo a sus familias y de reparación de los centros educativos.

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La gran explosión que se produjo ayer en la fábrica Polyplas, ubicada en el sector Villas Agrícolas, del Distrito Nacional, y que dejó al menos cuatro muertos y 83 heridos, se debió a una fuga de gas en sus inst

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