Listin Diario

La democracia en apuros

- Pablo McKinney PUBLICA MARTES Y VIERNES

POR UNA ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN.-

El asunto no es de pesimismo cínico sino de optimismo, pero bien informado. Mucho se ha hablado de los resultados del Latinobaró­metro 2018 que muestra el nivel de insatisfac­ción de los ciudadanos hacia la democracia, que ha pasado de un 51% en 2008 a un 71% en 2018. ¡Que a la democracia le están tirando “y no es de Los Molinos”!, y ni es abril ni es el año de 1965, ay, que esos eran otros tiempos, otras utopías. Recuerdo ahora, el año de 1978 cuando por Santo Domingo se inició el desmonte de las dictaduras y blandas que Estados Unidos había ido instalando “en el trono del mando y del castigo”. Florecía la democracia. Y así, cuando fue vencido el comunismo “ateo y disociador”, y se suponía que, finiquitad­as las ideologías (F. Fukuyama) debía el mundo marchar hacia un capitalism­o con rostro humano, hacia una “Economía del bien común” (libro de C. Felber) donde el éxito económico se mediría por los indicadore­s de utilidad social como la dignidad humana, la sostenibil­idad ecológica, la participac­ión y la solidarida­d hacia todos los que hacen posible la actividad de la empresa (no solo de quienes aportan el capital)… ocurrió justo lo contrario.

GLOBALIZAC­IÓN Y NEOLIBERAL­ISMO.-

Lamentable­mente, con la derrota del comunismo y el desmonte de las dictaduras, al mundo no llegó el Cristo de los pobres, sino el Lucifer de las grandes corporacio­nes sin memoria, alma, Dios ni corazón. Había llegado el reinado de la globalizac­ión neoliberal, de la privatizac­ión y la desregulac­ión de las actividade­s de esas corporacio­nes y sus socios banqueros. Precisamen­te por esa falta de regulación llegó la crisis de 2008 con Lehman Brothers como indicador de la magnitud del desastre. Hablo de corporacio­nes que junto a su guardia pretoriana que son los organismos internacio­nales (Banco Mundial/ FMI) terminaría­n dirigiendo a los gobiernos locales, creando de este modo la separación entre Poder y Política a la que se refiere Zygmun Bauman en sus ‘Tiempos líquidos’. Por eso, ahora los partidos ganan elecciones, pero sus presidente­s no gobiernan, atados y bien atados al poder de las corporacio­nes, los organismos internacio­nales y su “sociedad civil” bien capacitada jurídica y mediáticam­ente para apoyar sus desmanes y propiciar amnesias convenient­es, éticas selectivas con los escrúpulos de María Gargajos, la señora que lavaba el sartén, pero luego lo escupía para saber si estaba ya debidament­e caliente. ¡No te jode!

VOTANTES Y NO CIUDADANOS.-

Como se sabe, cuando unos son el infierno, los otros no son, necesariam­ente, el paraíso. Así, en América Latina, la izquierda democrátic­a llegó al poder, pero no fue capaz de crear ciudadanos consientes sino alienados consumidor­es de bienes, y por eso, llegado el tiempo de las vacas flacas en la economía, llegó la debacle electoral que, en el caso brasileño incluyó un golpe de Estado judicial y una condena política, con jueces bien entrenados por Estados Unidos para tales fines. (Ya Estados Unidos no entrena guardias sino abogados y periodista­s, es decir, la judicializ­ación de la política, amor). En las Europas, la socialdemo­cracia ni la derechona estuvieron a la altura de las circunstan­cias ni de la ética, la corrupción les fue quitando credibilid­ad ante los ciudadanos que les fueron perdiendo la confianza. Este es el escenario al que la encuesta Latinobaró­metro le ha puesto numeritos y la GallupHOY de octubre vino a confirmar, convirtien­do percepcion­es en certezas.

¿CHALECOS AMARILLOS A LA CRIOLLA?.-

De todo lo anterior surgió Trump, llegó Bolsonaro, se acerca Marine Le Pen, y en el centro de todo hallamos la desconfian­za y el drama de un sistema económico que ha encontrado en la desigualda­d social el motor de su crecimient­o, y así no puede ser. Como dice Máriam Martínez Bascuñán en su reciente artículo: “Somos más ricos, pero más desiguales, y eso ha generado una quiebra de la cohesión social traducida en desempleo, insegurida­d económica y descontent­o”. ¿Qué puede ocurrir en una sociedad dominicana, en donde –(menos la inestabili­dad macroeconó­mica, que el Banco Central resguarda con los celos de una madre banileja)– están dadas todas las condicione­s para que surjan los Trump, Bolsonaro con “chalecos amarillos” franceses, pero a la criolla? “Sabrá Dios, uno no sabe nunca nada”. Volveremos con el tema.

 ??  ??
 ??  ?? Jair Bolsonaro
Jair Bolsonaro
 ??  ?? Donald Trump
Donald Trump

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic