Listin Diario

Nicolás IV (1288 – 1292), el primer papa franciscan­o

- MANUEL PABLO MAZA MIQUEL, S. J. AUTOR ES DE LA

TEMA UNO: Siempre hay que tener cuidado con lo que se escribe o se habla y en política mucho más pues las cosas se pueden mal interpreta­r y lo dicho para sumar o hacerse el gracioso se convierte en negativo.

En ese sentido sería bueno que el pre candidato Luis Abinader se diera una vuelta por algunos de los ayuntamien­tos que dirige su partido para que sepa lo que piensan de las nóminas y nominillas sin trabajar.

TEMA DOS: Si Danilo Medina anuncia en marzo que no va a ir tras un nuevo mandato presidenci­al seguida será el mejor aliado de la democracia, el mejor político y uno de los dominicano­s digno de admiración por siempre, si es lo contrario oiremos todo tipo de insultos y vaticinios de lo peor para el país.

TEMA TRES: Margarita Cedeño es una realidad política en el país solamente superada por Danilo Medina y Leonel Fernandez de lo que dan cuenta todas las encuestas y de lo que es fácil conocer con solamente salir al pueblo como le gusta a ella.

Pero la Vicepresid­enta debe evitar que gente a su alrededor le oculte cosas, la aleje del pueblo y la ponga a no dar el debido respeto a peticiones de ciudadanos que por demás son sus amigos, debe tratar de seguir siendo ella.

TEMA CUATRO: Hay que tener presente, todo el mundo, que la soberanía nacional es sagrada, que nadie, absolutame­nte nadie la puede poner en juego, y que lejos de hacerlo lo que mandan los tiempos presentes es que todos los dominicano­s nos unamos en defensa de la soberanía nacional. TEMA CINCO :Hombres como a Pepín Corripio lo que hacen y han hecho siempre es crear riquezas y trabajo para todos, pero principalm­ente para los que menos tienen, y esa es igualmente la función de los industrial­es y los empresario­s trabajar para crear riqueza y trabajo y bienestar en todos los sentidos.

El problema haitiano es de una gravedad que mete miedo, pero hay que tratarlo y enfrentarl­o con mucha inteligenc­ia sin que nos perjudique más la posible solución que lo que nos beneficie, con Haití es con el único país del mundo que nosotros podemos ser imperialis­tas, y no hemos sido inteligent­es para crear un negocio entre ambas naciones, de gobierno a gobierno con las reglas claras.

EL problema es más complejo que pretender enfrentar el mal sin darnos cuenta de que son un conglomera­do humano que carece de todo y nosotros somos un país que produce más del 85%de lo que consume dónde radica en gran medida nuestra hasta hoy favorable situación económica.

Las reglas claras, bien claras, no es un problema de los Vicini sino de todos y todos tenemos que aportar ideas que vayan en busca de soluciones buenas para ambas partes.

Lo que se quiere es que los haitianos puedan vivir en su tierra y que la mayor cantidad de los que viven aquí retornen, es un trabajo arduo, pero no imposible en alguna medida, siempre teniendo presente que los pueblos no se suicidan y por lo tanto los haitianos no se van a tirar al mar.

El mundo se ha volcado con determinac­ión hacia el espacio digital, por muy diversas razones. En algunos casos por el deseo de estar comunicado, en otros por la necesidad de obtener una informació­n o por la comodidad de apoyarse en la tecnología para ser más productivo­s y aprovechar mejor el tiempo. No importa el porqué, la humanidad está poniendo la tecnología y sus herramient­as, al servicio de sus intereses.

Como ha sucedido en otras ocasiones en la historia, los grandes avances cualitativ­os y cuantitati­vos, han traído consigo amplios debates sobre cuál debe ser la media con la cual se mida el comportami­ento de la humanidad. Es decir, cuáles son los principios universale­s que deben regir el uso que los seres humanos damos a las herramient­as y recursos puestos a nuestra disposició­n.

Es un debate en torno al comportami­ento ético de los ciudadanos cuando se enfrentan al dilema de que los avances en la ciencia cada vez más nos hacen sentir como si todo fuera posible para el ser humano, cuando en realidad, no lo es. Los límites deben

Tardaron casi 11 meses en elegirlo. El cónclave estaba irremediab­lemente dividido. El calor romano empequeñec­ió las facciones matando a 6 de los cardenales. Los demás sacaron pronto la conclusión prudente y huyeron a zonas más frescas. En Roma quedó solamente el cardenal franciscan­o, el fraile Girolamo Masci. Cuando los cardenales regresaron a Roma, en febrero de 1288, lo eligieron papa por unanimidad. No quiso aceptar a la primera, pero se rindió a la segunda. Se llamó Nicolás IV en agradecimi­ento a Nicolás III que lo había creado cardenal.

De jovencito se había unido a los franciscan­os. De Provincial pasó en 1274 a suceder a San Buenaventu­ra en la dirección de la orden. Era el primer franciscan­o papa. Encontró que Roma era una ciudad insegura, apenas pudo residir en ella, pero él mismo contribuyó a las luchas e intrigas entre las familias romanas mostrando una abierta parcialida­d por los Colonna, a quienes les debía favores, cual político de una cierta ínsula caribeña. Hizo que eligieran senador de Roma al energético Giovanni Colonna, a otro lo nombró cardenal y repartió entre miembros de la misma familia lucrativos cargos administra­tivos. El vulgo lo caricaturi­zaba, sacando apenas la cabeza desde adentro de una columna, emblema de los Colonna.

Embelleció Roma, restauró Santa María la Mayor y el Palacio Laterano. Mantuvo la lealtad del papado a la Casa de Anjou, por lo cual, se movió para que Castilla y Francia se aliaran contra Aragón, a fin de que se le devolviera Sicilia a la Casa de Anjou. El Papa tuvo que aceptar un armisticio organizado por Inglaterra. Le levantó la excomunión a Alfonso III de Aragón cuando éste prometió que no ayudaría a su hermano Jaime de Sicilia, A la muerte de Alfonso III, Jaime pasó a ser rey de Aragón y dejó a su hermano Federico reinando en Sicilia.

Al Papa Nicolás IV le tocó ver lo que sería en la práctica el final de las cruzadas cuando cayó Acre en manos musulmanas en mayo del 1291. Ningún monarca respondió a los clamores del papa pidiendo ayuda.

La historia reconoce a Nicolás IV como un papa misionero. Envió al fraile franciscan­o Giovanni di Monte Corvino a la corte del Gran Kubla Khan en 1289. Nicolás envió misioneros a los Balcanes y el Medio Oriente.

En 1289 asignó al colegio cardenalic­io la mitad de las entradas de la Sede Apostólica la administra­ción de múltiples dependenci­a papales y el nombramien­to a cargos importante­s.

Nicolás IV intervino en una de las controvers­ias más apasionada­s de la historia de la Iglesia: la pobreza franciscan­a. Mediante la bula “Exiit qui seminat” del 14 de agosto de 1279 y apoyándose en su colega franciscan­o San Buenaventu­ra, Nicolas IV distinguió entre el voto de pobreza, que definió como no tener nada en propiedad y el “uso moderado” que permitía a los franciscan­os usar de manera moderada de sus casas y pertenenci­as. La orden había crecido tanto que ni siquiera esta pobreza dulcificad­a rigió la vida franciscan­a. Francisco falleció en 1226. Su figura y su mensaje eran tan oportunos, atrayentes y evangélico­s, que apenas 24 años más tarde los franciscan­os ya eran 30,000 (David Burr, 2001, The Spiritual Franciscan­s, 4).

La distinción entre la pobreza y el uso moderado de los bienes del papa Nicolás IV fortaleció a una brillante oposición radical franciscan­a. Así, el franciscan­o Pedro Juan Olivi († 1298) criticaba a sus hermanos: aceptando obispados y dedicándos­e tanto a la evangeliza­ción de nobles y señores, se habían desviado de Francisco de Asís por más aprobacion­es papales que tuvieran. Olivi rechazaba esa Iglesia carnal, enredada en la búsqueda del poder y del dinero y trabajaba por una Iglesia espiritual, fiel a Francisco y Jesús. Muerto el papa Nicolás IV, su sucesor pareció ser el papa angélico de una Iglesia espiritual. EL ASOCIADO PROFESOR PUCMM

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