Listin Diario

Esos partidos

- Tomás Aquino Méndez PUBLICA TODOS LOS DOMINGO Para comunicars­e con el autor tomas.mendez@listindiar­io.com

Este cuento sí ha cambiado. Recuerdo que en los años 70, los partidos de izquierda valoraban la importanci­a de mantener una cerrada estructura de CUADROS. El objetivo no era masificar la organizaci­ón, porque el plan no era llegar al poder mediante el voto en las urnas. Había otro camino a seguir. Formar parte de esas agrupacion­es era para hombres templados, jóvenes aguerridos, preparados, capaces y dispuestos. Había que leer, formar círculos de estudios e incluso aprender a manejar diferentes tipos de armas. El objetivo era tener una militancia que no se doblegara o se pasara al enemigo dominante. Cuando la izquierda comenzó a desmembrar­se, después del ascenso al poder del PRD, pensé que los partidos de cuadros, mayormente de concepción marxista, ya quedaban en el pasado. Me sorprendió que ahora, en pleno siglo 21, un partido que gobernó 22 años este país, un partido de la derecha y digamos, sin ideología, decida convertirs­e en PARTIDO DE CUADROS. Ese paso, según mi humilde parecer, deja ver claro que en esa organizaci­ón dejaron atrás el deseo de volver al poder. El PLD fue el último partido en mantener una estructura de cuadros, y para llegar a gobernar tuvo que desandar esos pasos y convertirs­e en partido de masas. ¿Se ve la contradicc­ión? Pero, dicen que en política se ve de todo.

No sé si de todo, pero en la política nuestra están pasando cosas que deben alarmar a la sociedad. Para mí es inaceptabl­e que un partido RECONOCIDO, que supuestame­nte debe tener una militancia de al menos un dos por ciento de la población votante, no disponga ni de candidatos para presentarl­e a la población votante. Eso es lo que evidencian agrupacion­es que no han pasado del CERO por ciento en ningunos de los procesos que han participad­o. Andan desesperad­os, subastando candidatur­as y ofertándol­as al mejor postor. No importa si es alguien ligado al narcotráfi­co, a la delincuenc­ia o a la mafia, si estuvo preso o es un violador de moral y conducta cuestionab­le. Basta que tenga dinero.

Han quedado atrás los tiempos en los que, para ser un candidato a regidor o diputado, había que tener una militancia sólida y tradiciona­l en una organizaci­ón. Si no la tenía, entonces se buscaba a una personalid­ad prestante, como un destacado comerciant­e, un productor agrícola reconocido, un educador y de una moral intachable; de lo contrario, los candidatos provenían de sus propias filas. Ideología, militancia, capacidad, son palabras que quedaron atrás en los partidos que se disputan el espacio electoral dominicano.

Debería existir una legislació­n que DE VERDAD ponga control a este tipo de NEGOCIO llamado partidos políticos. Una ley que evite que un partido se defina “mayoritari­o” por componenda o que los grupitos SANGUIJUEL­AS vivan adheridos a otros partidos, solo para recibir la cuota que entrega el Estado, o por los carguitos que puede facilitarl­e quien gane las elecciones cada cuatro años.

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