Hipoacusia o sordera: daño escandaloso
(+) El uso de auriculares con música a gran volumen puede causar una disminución en la capacidad auditiva.
El otorrinolaringólogo Wellington Durvergé Montero asegura que dentro de las consecuencias más preocupantes del nivel sonoro elevado está la hipoacusia o la pérdida auditiva.
La hipoacusia o sordera se define como la dificultad o la imposibilidad de usar el sentido del oído, debido a una pérdida de la capacidad auditiva parcial o total y unilateral o bilateral.
Puntualiza, además, que puede elevar en varios grados la temperatura corporal, retarda las principales funciones orgánicas (ritmo cerebral, circulación, respiración, digestión y metabolismo), incrementa el tono y la energía muscular, modifica el sistema inmunitario, altera la actividad neuronal en las zonas del cerebro implicadas en la emoción e incrementa la resistencia para el trabajo y actividades diarias.
Por lo regular las personas empiezan a tener una disminución de la audición alrededor de los 50 años, pero en los últimos tiempos esto ha cambiado debido a que hay una mayor exposición al ruido, no solo presente en la música, sino hasta en algunos lugares de trabajo, expone el especialista.
“Muchos jóvenes de hoy sufrirán trastornos del sentido del oído en un futuro cercano. Ya se están viendo casos que están empezando con problemas a partir de los 35 años, debido a la exposición de forma crónica a altos volúmenes”, dice Durvergé Montero.
Otros lugares que, según dice el médico, contribuyen a esta problemática son los conciertos y centros nocturnos.
El doctor considera que permanecer en eventos de esta magnitud por más de dos horas es muy perjudicial. Destaca que casi siempre en estos hay sonido por encima de los 120 decibeles, que traerán como consecuencia graves trastornos.
Añade que es muy preocupante el uso continuo de audífonos. En cuanto a esto, expresa que esos dispositivos al estar insertados dentro del oído y en tonos muy elevados pueden enfermarlos.
“Lamentablemente el individuo se preocupa de su discapacidad cuando ya es demasiado tarde, dado que esta se produce por la destrucción irreversible de las delicadas células sensoriales del oído interno”, enfatiza Durvergé Montero.
Muchos jóvenes de hoy sufrirán trastornos del sentido del oído en un futuro cercano. Ya se están viendo casos que están empezando con problemas a partir de los 35 años, debido a la exposición de forma crónica a altos volúmenes”.