Tendencias de los millonarios de hoy
Los multimillonarios de estos tiempos son más filántropos que nunca. Hay una corriente de ricos que son susceptibles a las desigualdades y a las carencias de sus semejantes. Fortunas que antes se quedaban en las arcas familiares, hoy se destinan, mayoritariamente, al bien común.
No es raro encontrar noticias en la prensa que dan cuenta de los proyectos auspiciados por fundaciones de multimillonarios empeñados en ayudar a mejorar la educación, la salud, el medio ambiente y en disminuir el hambre en ignotos lugares del mundo.
Bill Gates, por ejemplo, ha anunciado que destinará su fortuna para financiar proyectos de educación y salud.
Margaret Carnegie Miller, de la totalidad de su fortuna, sólo el 10% lo dejó a su hija. El resto de su riqueza lo repartió entre bibliotecas, escuelas y hospitales.
Warren Buffet también ha establecido que sus vástagos no heredarán la mayor parte de su fortuna.
Existen muchas historias inspiradoras en torno al desprendimiento económico de multimillonarios que al final de su existencia disponen generosamente de su fortuna en provecho de los demás.
Guardando la distancia, también en nuestro país sobran muchos gestos loables que hablan bien de empresarios que han dejado una impronta social inaudita.
La cantidad de becas que desde hace muchos años auspicia la familia del inolvidable Manuel Arsenio Ureña a través de su fundación es extraordinaria. Como también lo fue aquella iniciativa suya de alfabetizar con recursos propios a una comunidad entera en un gesto de altruismo único en nuestro país.
En el ámbito cultural y social, desde hace años, la Fundación Corripio desarrolla una jornada brillante que premia y promueve la literatura en el país. De igual modo realiza otras ayudas silenciosas a sectores deprimidos de la comunidad y a instituciones que trabajan con grupos necesitados de la nación.
La familia E. León Jiménes también ha abrazado causas y proyectos de gran trascendencia cultural para los dominicanos. El Centro León es un baluarte al servicio de la cultura y la mejor tradición de los dominicanos. Este museo, así como el hermoso auspicio de colecciones musicales que son joyas del arte criollo, constituyen aportes verdaderos y trascendentes para la nación.
Existen otras empresas y otros afortunados que hacen lo propio, pero aún así es preciso que más iniciativas se sumen a favor de las mejores causas nacionales con miras a dejar un legado social imperecedero.
Cuando un empresario exitoso dispone de una parte importante de su patrimonio para ayudar o para desarrollar iniciativas de investigación o de simple apoyo a la educación de una colectividad, está eternizando su nombre y el de los suyos. Esa fama jamás muere, se queda por siempre en la historia y en el grato recuerdo de su generación.