Los 300 millonarios
Durante mucho tiempo esta frase del doctor Balaguer, pronunciada en una de sus alocuciones al pueblo dominicano, ha sido sacada fuera del contexto en la que fue expresada por algunos sectores con la engañosa pretensión de que la misma resulte en una especie de admisión de la corrupción que, al prejuiciado entender de los mismos, supuestamente hubo en las administraciones del ex presidente Balaguer
En todos los períodos constitucionales del presidente Joaquín Balaguer se ejecutaron planes de construcción de obras de infraestructura muy criticados entonces por la oposición, que los denominó “siembra de varilla y cemento” y que, el paso del tiempo, ha demostrado con sobrada amplitud, que las referidas obras no solo eran necesarias sino imprescindibles para el crecimiento y desarrollo del país. Así lo demuestran sus obras viales, aeroportuarias, portuarias, educativas, culturales, agropecuarias, de salud, sanitarias, habitacionales, forestales y de rescate patrimonial, para solo mencionar algunas áreas.
Resulta imprescindible resaltar, para la verdad histórica, las obras que nos revelan al Estadista visionario que pensó en el bien común y en las futuras generaciones. Y nos referimos, pues, a las 10 grandes presas que construyó, dejando los recursos para la undécima; a sus medidas medioambientales, como el cierre de los aserraderos, la reforestación de las cuencas de nuestros ríos, y la preservación de las áreas protegidas; a la Reforma Agraria, que rompió el esquema de tenencia de la tierra que predominaba en el país desde la época colonial; a la promoción del turismo, así como a su respaldo y apoyo a la incursión en el mismo del sector privado; al igual que a la construcción de los parques Mirador Sur y Norte, verdaderos pulmones de la ciudad de Santo Domingo.
En la construcción de todas esas obras, parte de un plan de gobierno concebido y realizado, contra los vientos del sectarismo y de la incomprensión, solo por la firme voluntad de un hombre comprometido con su país, participaron cientos de ingenieros y firmas constructoras, quienes plasmaron en todas las regiones y provincias este sostenido esfuerzo de satisfacer las siempre apremiantes necesidades de nuestras comunidades.
En uno de sus habituales discursos a la nación el presidente Balaguer expresó que gracias a esas obras, en el país habían surgido alrededor de 300 nuevos millonarios, quienes habían logrado alcanzar esa muy exclusiva clase económica en base a su esfuerzo y trabajo, como era el caso de los ingenieros y compañías constructoras de las obras gubernamentales,
Esa afirmación del doctor Balaguer puede ser comprobada por cualquier persona que revise las publicaciones mensuales realizadas en el curso de sus administraciones, en las que se detallaba rigurosamente el pago recibido por cada ingeniero o compañía constructora.
En consecuencia, lo que resulta aviesamente distorsionante es el señalamiento de que esos 300 millonarios fueron producto de la “corrupción imperante en los gobiernos del doctor Balaguer”.
Mientras no se aquieten las pasiones y se erradique el fanatismo de algunos sectores, esa es la verdad histórica acerca del contenido de esa frase, manipulada por aquellos que pretenden hacer prevalecer una interpretación maniquea de los hechos. Oscar Wilde afirmó que “cualquiera puede hacer historia; pero solo un gran hombre puede escribirla”. Joaquín Balaguer, con sus hechos y acciones en favor del pueblo dominicano, escribió su propia historia.