Se caldea guerra entre los demócratas y Casa Blanca
reportero que dejase de preguntarle a él y que lo hiciese al presidente finlandés.
Anteriormente, el mandatario se había quejado en un tuit de la actuación de los demócratas: “A medida que me entero de más cosas cada día, estoy llegando a la conclusión de que lo que está en marcha no es un juicio político, es un GOLPE”, se quejó.
Por su parte, los líderes demócratas del Congreso reiteraron su intención de avanzar con celeridad en la apertura de un proceso de destitución dada la gravedad de las acusaciones y criticaron las maniobras del secretario de Estado, Mike Pompeo, para intentar obstruir la investigación.
“Queremos dejar muy claro que cualquier esfuerzo del secretario, del presidente o de cualquier otra persona para interferir con la capacidad del Congreso de llamar a testigos relevantes, se considerará como evidencia de obstrucción de las funciones legales del Congreso”, dijo esta mañana Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, uno de los que lideran la investigación. Tras la disolución del Congreso, la oposición política en Perú ha dado un giro radical en sus posturas y ahora exige unas elecciones generales para “que se vayan todos”, la misma propuesta que hace una semana rechazó con virulencia cuando fue planteada por el Ejecutivo.
Este giro implica la aceptación implícita de que el actual Congreso ya no podrá seguir en funciones, pese a lo cual la facción de legisladores que se niega a aceptar la disolución ordenada este lunes por el presidente Martín Vizcarra se ha concentrado en las últimas horas en pedir que los comicios legislativos que convocó el mandatario sean ahora generales.
Vizcarra llamó a elecciones legislativas para el próximo 26 de enero luego de anunciar la disolución de la cámara por considerar negado el pedido de confianza que hizo el entonces primer ministro, Salvador del Solar, para que se modifiquen los términos de la elección de los nuevos magistrados del Tribunal Constitucional.
La facción que encabeza el presidente del Congreso disuelto, Pedro Olaechea, e integran legisladores del partido fujimorista Fuerza Popular, se ha sumado a un pedido que hizo la vicepresidenta Mercedes Aráoz, tras anunciar su renuncia al cargo.
Aráoz, quien el lunes juró como “presidenta interina” ante el grupo rebelde de congresistas, informó este martes a Olaechea que renunciaba porque “se ha roto el orden constitucional” en Perú y que espera que se “conduzca a la convocatoria de elecciones generales en el más breve plazo por el bien del país”.
La vicepresidenta dejó, además, la “presidencia en funciones” que había aceptado horas antes en un acto que luego admitió que fue político, sin mayor efecto en la conducción del país.