Listin Diario

¡Todos hemos usado una máscara en algún momento!

- ANA MERCY OTÁÑEZ

Creo fielmente que todos en determinad­o momento de nuestras vidas nos hemos puesto una careta. No es fácil ir por el mundo siendo auténtico o transparen­te en una sociedad donde existe una gran cantidad de personas que prefieren vivir en un entorno de mentiras por encajar en determinad­o segmento social. También hay quienes lo hacemos sumergido en el dolor. ¡Es mi caso! Pero, ¿A quien creemos que engatusamo­s? A nosotros mismos, que sufriendo nos sumergimos detrás de una máscara que esconde una realidad de sentimient­os, de dolor, vergüenza, tristeza, pesimismo, impotencia, miedo, rechazo, odio, ansiedad y soledad. También hay quienes la usan para exhibir éxito, felicidad, estabilida­d, alegría y popularida­d. En verdad, a muchos les resulta muy difícil mostrar lo que sienten, decirles a los demás lo que son y dejar ver su verdadera identidad.

¡Hay variedad!

Yo, conozco bien la máscara de la “felicidad”, esa que se usa con una amplia sonrisa, la suelo mostrar cuando el dolor me calcolme y hay que continuar. Sin embargo, es imposible ponerme la de hipócrita. Me he puesto un antifaz ante la pérdida, lo he hecho como un personaje que he adoptado a mí de acuerdo a las cirscuntan­cias que he tenido que enfrentar, el momento que esté viviendo y donde no quiero poner de manifestad­o mis emociones, ni mis pensamient­os, mucho menos mis acciones. Y estas juegan un papel importante, porque es de ahí que nacen los disfraces. Lo que no debemos permitir es que se vuelvan permanente­s, sino saber identifica­rlos y trabajarlo­s, para que en sus usos no ocultemos un sentimient­o que nos derrumbe o mostremos una bonanza que no existe.

Una máscara para cada uno

En estos tiempos una gran parte de las personas que conocemos suelen llevar una máscara invisible, donde esconden sus verdaderos sentimient­os y buscan aparentar ante los demás un “yo” inexistent­e, sin originalid­ad, cargado de falsedad. Las caretas en muchos de los casos, pueden ser reciclable­s y las elegimos ante determinad­as personas o situacione­s. Un ejemplo palpable e5n estos días son nuestros políticos, también se puede apreciar en jefes y hasta en nuestros familiares, que ante los demás suelen comportars­e de una manera y en privado de otra, dándonos la oportunida­d de identifica­r sus máscaras.

Yo te digo

¡No la uses, vive tu realidad, si es de duelo, llóralo. Si es de dolor, vívelo. Ponernos una máscara no sirve de nada. Todo tiene su tiempo y todo pasa. Un antifaz, no solo ocultan el rostro, también guarda una parte importante de nosotros, que al no dejarla salir nos destruye, nos corroe y nos mata. Nada es tan valioso como vivir sin pretension­es, ni dobleces. Dejemos el disfraz para las fiestas de carnaval, el cine o el teatro. “Al llevar por tanto tiempo nuestros disfraces, al final acabamos olvidando quiénes éramos debajo de ellos”. Lo ideal es aceptarnos tal cual somos, sin importar lo que estemos viviendo.

¡Con el favor divino nos leemos la próxima semana!

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic