Antes hedonista, hoy es un pastelero
LONDRES — Noel Fielding hizo una pausa ante una caricatura de Amy Winehouse. “Yo solía juntarme con ella”, dijo, mientras miraba el dibujo en el Museo de la Caricatura. “Es tan triste. Dios, si yo hubiera muerto a los 27 años, me habría perdido de tantas cosas”.
A mediados de la década de 2000, cuando él y Winehouse estaban sumergidos en la escena de las fiestas y saturada de drogas, en el norte de Londres, Fielding, un comediante, nunca hubiera podido predecir cómo pasaría la mayor parte de su tiempo hoy en día: como conductor del programa, “The Great British Baking Show” y conviviendo con su hija. “En cierto modo uno mejora con la edad, de una forma rara”, expresó. “Me recuerda a una persona diferente, de verdad”.
Cuando Fielding firmó contrato hace algunos años para ser el presentador de “The Great British Baking Show” (conocido como la serie se trasladó de la BBC a la cadena Channel 4 y reemplazó a las conductoras, Mel Giedroyc y Sue Perkins.
La contratación parecía una decisión audaz de Channel 4, pero con un público más joven que la BBC, los ejecutivos parecían tener la esperanza de que Fielding le aportara un poco de atrevimiento al programa.
En su primer día de grabación, él y su co-conductora, Sandi Toksvig, sintieron como si fueran “al patíbulo”, comentó Fielding.
Para Fielding, sus gustos más vanguardistas parecían no concordar con estar al frente de un popular programa de reality en televisión. Pero adoraba “The Great British Baking Show”, tras haberse convertido en fan, cuando vio una temporada completa en una sesión maratónica durante una resaca. Eso, en combinación con el atractivo de trabajar con Toksvig, lo convenció de aceptar el trabajo.
Tres temporadas después, los fans de “Baking Show” lo han aceptado a él y a Toksvig con creces.
Los sketches iniciales se han vuelto más curiosos y las charlas con los pasteleros se han llenado de comentarios de doble sentido y chistes sobre sexualidad, pero los productores se aseguran de que todo esté dentro del mundo seguro y cómodo del programa.
Fielding, de 46 años, frena en cierta medida su estilo alocado en el programa para evitar desviar la atención de los pasteleros. No obstante, hay resúmenes dedicados a sus coloridos atuendos. “Es positivo para los chicos que usan maquillaje y no son gente común y corriente”, dijo.
En la calle, Fielding posaba para fotografías con un enorme abrigo de piel rosa y amarillo.
“Ah, perdón, ¿esta es su pared?”, les preguntó a dos trabajadores de la construcción que enrollaban unos cigarros a unos metros de distancia. Levantaron la mirada, con sonrisas pícaras, y uno dijo, “No, amigo, no hay problema. Continúa”. Y así lo hizo.
Las charlas subidas de tono sacuden al programa inglés.