Llegó el año 2000…y volvió Mercedes

Muchos recordaran las advertencias y amenazas que implicaba la llegada del nuevo siglo y milenio. Veinte años antes yo me preguntaba si estaría vivo para la ocasión. El 2000 llegó se desvanecieron las dudas y temores, y como hubiera dicho Rodriguito: La vida siguió su agitado curso. Ya mi carro deportivo Miata había perdido su lustre de carro nuevo. Recuerdo que fui a una feria de automóviles de las que se organizan para fin de año. Ahí me encontré con un convertible diferente, era el Compressor 230 de Mercedes Benz, ya no solo de dos asientos, sino de cuatro. Aunque con su aire deportivo por lo descapotable, mostraba tendencia a ser un carro deportivo familiar. Recuerdo que me reuní con Ramón Ernesto Morales, el hijo de Papucho, para discutir precio y condiciones. Me dijo: Ellis, el que está en exhibición ya está vendido, pero tenemos una cuña, no convertible, muy bonito y te sale un poco más barato. Le dije no, yo quiero el convertible y estoy dispuesto a esperar por él y pagar la diferencia. Unas seis semanas más tarde llegaría mi Mercedes Compressor 230, azul marino, con capota suave, azul claro. A través de mi amigo José Zaiter, quien era su asistente, Francia, en su condición de presidenta de Adme, había invitado, a la Alcaldesa de Hollywood, Florida, Mara Giulianti, para ofrecer una conferencia. La fui a buscar al hotel El Embajador, le bajé la capota al Compressor, y cuando ella salió, al montarse señaló: “Este el carro más lindo que yo haya visto”. (This is the most beautiful car that I have ever seen). Tres años más tarde yo terminaría comprando, con tres años de uso, el epítome de Mercedes Benz, el Mercedes 500 que todavía tengo.