Las decisiones de Trump confunden
WASHINGTON — Si ni siquiera el Pentágono sabe si va o viene en el tema de Irak, podría ser difícil culpar al resto del mundo por estar un poco confundido, con respecto a la estrategia del presidente Donald J. Trump para el Medio Oriente.
Mientras los misiles iraníes caían sobre las bases con las tropas estadounidenses el 7 de enero, en represalia por el ataque con dron, que abatió al general más poderoso de Irán, el gobierno se apresuraba para explicar su misión y objetivos en la región, en medio de una mezcla caótica de declaraciones contradictorias, señales cruzadas y mensajes encontrados.
De igual forma, ha variado la explicación que dio el gobierno para autorizar el ataque del 3 de enero. Al principio, los funcionarios enfatizaron que el general de división Qassem Soleimani, comandante de las fuerzas de élite de seguridad e inteligencia de Irán, fue eliminado para evitar un ataque “inminente”, que podría haber cobrado cientos de vidas estadounidenses. Pero recientemente, Trump, entre otros, se enfocaron más en el castigo por los ataques anteriores de
Soleimani contra los estadounidenses.
“En un momento en que tienes algo tan grave, necesitas una comunicación clara y, en cambio, lo que obtuvimos fue una comunicación contradictoria y confusa de un gobierno que ya tiene un déficit de confianza”, señaló David Lapan, ex vocero del departamento de Seguridad Nacional en los inicios de la administración Trump, que ahora está en el Centro de Políticas Bipartidistas en Washington.
Trump lleva mucho tiempo afirmando que le gusta ser impredecible y lo considera como una fortaleza, lo que significa que puede tomar por sorpresa a los enemigos, como lo hizo al eliminar, a quizás, la segunda figura más importante de Irán, quien tenía mucha sangre estadounidense en sus manos.
Sin embargo, eso deja a sus aliados tan confundidos, como a sus adversarios, lo que hace que sea complicado reunir apoyo para las decisiones de Trump.
Michèle A. Flournoy, ex subsecretaria de Defensa del presidente Barack Obama, afirmó que la naturaleza caótica de la política exterior actual proviene de un mandatario “impulsivo e inconsistente”, sin un proceso funcional de seguridad nacional, que garantice que se consideren por completo “consecuencias de segundo o tercer orden”.
Funcionarios del gobierno desestiman las preguntas con respecto a los mensajes
Estrategia caótica debilita esfuerzos para reunir apoyo.