Abuelas se enfrentan a serpientes marinas
A poco más de 1.600 kilómetros de la costa de Australia se ubica Nueva Caledonia, un archipiélago donde las aguas rebosan de vida. Este territorio francés, en el corazón del mar del Coral, es hogar de más de 9.300 especies marinas, como dugongos, mantarrayas y serpientes marinas venenosas.
Entre ellas figura la gran serpiente marina, que puede alcanzar casi 1.5 metros de largo y es capaz de matar a un ser humano con una sola mordida. Pero esa aterradora capacidad no molesta a Monique Zannier, de 75 años, integrante de un grupo de siete mujeres, entre 60 y 75 años, que regularmente practican snorkel en la Bahía de los Limones, en Numea, la capital de Nueva Caledonia.
Lo que inició como un ejercicio para Zannier se ha convertido en un cúmulo de datos para científicos. Los investigadores han llegado a depender de las mujeres, apodadas las “abuelas fantásticas”, para ayudar a hacer seguimiento a los cientos de grandes serpientes marinas, que visitan las bahías de Numea.
Un artículo reciente en la revista Ecosphere destaca el fruto de esta colaboración entre las científicas de la tercera edad y los autores principales del estudio, Claire Goiran, bióloga marina de la Universidad de Nueva Caledonia, y Rick Shine, biólogo evolutivo de la Universidad Macquarie de Australia.
La recolección de datos de las abuelas ha derivado en más información detallada sobre la ecología de las grandes serpientes marinas, que la que está disponible sobre cualquier otra serpiente marina, de gran alcance a nivel mundial, apuntó Harold Heatwole, profesor de zoología de la Universidad de Nueva Inglaterra, en Australia.
La mayoría de las serpientes marinas viven lejos de la costa y son peligrosas de manejar, por lo que pocos científicos tienen los medios o las ganas de estudiarlas.
En 2013, Shine y Goiran se propusieron aprender lo que pudieran sobre la gran serpiente marina. Con un tiempo limitado para inspeccionar la Bahía de los Limones y sin voluntarios a tiempo completo para asistirlos, Goiran y Shine comenzaron lentamente.
Durante los primeros tres años del estudio, catalogaron solamente 45 grandes serpientes marinas.
Sin embargo, todo eso cambió en junio de 2017, cuando Goiran conoció a Aline Guémas, una jubilada de 61 años.
“Empezamos a conversar en el agua y le expliqué lo que estaba haciendo, y me dijo que quería ayudar”, narró Goiran.
Guémas empezó a acompañar a Goiran en sus inspecciones semanales, fotografiando serpientes marinas y registrando su ubicación. Goiran animó a Guémas para que reclutara a otras jubiladas, y poco después había formado un grupo de siete mujeres.
“Nos reunimos todas las mañanas entre las 8:00 y 8:30 am”, relató Marilyn Sarocchi, de 63 años. “Utilizamos nuestro equipo de buceo y nadamos durante una o dos horas. A veces, en el verano, podemos nadar por tres horas. De regreso en la playa, tomamos té y disfrutamos la belleza del lugar. Es muy relajante”.
Desde la creación del grupo, las “abuelas fantásticas” han realizado cientos de inspecciones de snorkel en la Bahía de los Limones e identificado cientos de serpientes marinas grandes.
Las fotografías tomadas por las mujeres mostraron que en un periodo de 25 meses, al menos 140 serpientes marinas grandes visitaron la Bahía de Limones. En total, han documentado al menos 250 de estas serpientes.
La investigación sugirió que las grandes serpientes marinas podrían jugar un papel más relevante en el funcionamiento de su ecosistema, del que se creía anteriormente. “Nos dimos cuenta que son mesodepredadores importantes en el arrecife”, indicó Goiran, en referencia a los animales, en medio de la cadena alimenticia, que son tanto depredadores como presas.
Goiran espera que los datos reunidos por el grupo ayuden a los conservacionistas a mejorar las protecciones para las serpientes marinas. De las 60 especies de serpientes marinas, aproximadamente, solo dos están consideradas en peligro crítico. Pero el estatus de conservación de, al menos 23 especies, es desconocido a raíz de la ausencia de datos.
Días ‘muy relajantes’, en compañía de criaturas letales.