Mineros se envenenan para sobrevivir
TALIWANG, Indonesia — El minero ilegal tenía algo qué demostrar: procesar el mineral de oro con mercurio líquido era perfectamente seguro. Así que bebió parte de la sustancia química tóxica.
“No me preocupa el mercurio”, expresó Syarafuddin Iskandar, de 58 años. “Lo bebí. Se lo dimos a las vacas y a los búfalos. Ellos lo bebieron. No pasó nada. No hay problema”.
Su ardid lo hizo famoso en Sumbawa, una isla indonesia a 160 kilómetros de Bali, donde los campamentos mineros improvisados salpican las colinas. Pero también ilustró la cruda opción que enfrentan los mineros ilegales. Para poder ganarse la vida se envenenan, al igual que a sus comunidades y al medio ambiente, utilizando mercurio, una forma prohibida para extraer el oro del mineral.
Durante décadas, Syarafuddin y miles de mineros, a pequeña escala como él, han trabajado ilegalmente en Sumbawa Occidental en tierras, que el gobierno arrienda a grandes compañías mineras. Los mineros, al margen de la ley, no pagan nada por los derechos de la tierra, pero obtienen hasta 6 millones de dólares en oro al mes. Alrededor de un millón de mineros de oro a pequeña escala operan enIndonesia.
El uso de mercurio en los campamentos salvajes tiene efectos devastadores sobre la salud y el medio ambiente. El metal pesado es muy conocido como un veneno de acción lenta que se filtra a la cadena alimenticia y causa malformaciones congénitas, trastornos neurológicos y la muerte. Pero debido a que las minas representan un beneficio a corto plazo para la economía —empleando a personas, que de otro modo, tal vez vivirían en una pobreza devastadora— el gobierno es reacio a cerrarlas.
Ahora, PT Amman Mineral Nusa Tenggara, una compañía minera en Sumbawa Occidental, está tomando medidas para proteger el medio ambiente.
El año pasado, los oficiales de la Brigada Móvil de la policía cerraron los campamentos de decenas de mineros que operaban, al margen de la ley. La policía ordenó que desmantelaran su equipo y bloquearan las entradas a la mina con escombro. Cerrar las minas no autorizadas, es parte de una campaña de Amman Mineral para detener la minería ilegal y el uso descontrolado del mercurio.
Pero en ausencia de advertencias del gobierno o de que se haga cumplir la prohibición del uso del mercurio, es fácil para los mineros desestimar la idea de que es peligroso.
Alrededor de 7.000 mineros clandestinos han operado durante décadas en un sitio gestionado por Amman Mineral llamado Indotan, donde han establecido comunidades permanentes y una aldea de escala industrial para procesar el mineral. Los mineros combatirán cualquier intento por sacarlos de esas tierras, sin que se ofrezcan otros empleos, indicó Anton, un oriundo de Sumbawa, que es dueño de unas minas y fábricas para procesar el mineral.
Cuestionó por qué compañías como Amman Mineral obtienen concesiones mineras lucrativas, mientras que él y otros mineros están catalogados como ilegales.
“¿Por qué permiten que los foráneos operen mientras que nosotros, la gente local, tenemos prohibido hacer el trabajo?”, preguntó.
Los jefes de la mina y sus trabajadores tienen buenos motivos para no ceder. Los mineros en la región de Taliwang informaron que ganaban un promedio de 15 veces más con la minería de oro, que con otras ocupaciones, según una encuesta. Los funcionarios afirmaron que las operaciones ilegales son la segunda aportación más grande a la economía de la Regencia de Sumbawa Occidental, después de la operación legal de Amman Mineral.
Encontrar un empleo alternativo para los mineros es un reto en un país donde 26 millones de personas —el 10 por ciento de la población— viven en la pobreza.
Los funcionarios comentaron que no están seguros de cómo proceder. Persuadirlos para que no utilicen el mercurio ha tenido, en gran parte, poco éxito.
“Esto es un gran dilema”, dijo H. W. Musyafirin, regente de Sumbawa Occidental. “Si los detenemos, enfrentamos el problema económico de cómo alimentarlos”.
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