Leonardo da Vinci vuelve a vibrar
VINCI, Italia — En su biografía de Leonardo da Vinci, escrita 30 años después de la muerte del artista en 1519, Giorgio Vasari dijo que el intelecto de Leonardo era tal que “todo lo que se proponía, lo dominaba con facilidad”.
Para el año del 500 aniversario de la muerte del artista, el Museo del Louvre en París ha acaparado innegablemente la atención con su exitosa exhibición, “Leonardo da Vinci”. (Permanecerá hasta el 24 de febrero). Pero esa destreza intelectual —manifiesta en sus pinturas y dibujos, así como en sus estudios científicos, y sus modelos de ingeniería y arquitectura— generaron exposiciones celebradas en varias ciudades italianas, donde el legado de Leonardo sigue siendo un motivo de orgullo.
En ningún lugar es más sincero ese orgullo que en Vinci, un pequeño pueblo toscano a unos 30 kilómetros al oeste de Florencia, donde Leonardo nació el 15 de abril de 1452, hijo de Ser Piero da Vinci, un próspero notario, y una joven campesina local llamada Caterina.
El fantasma de Leonardo perdura en todo este pueblo amurallado, donde los artistas contemporáneos han reinterpretado su visión. Una réplica escultórica en 3-D del dibujo de Leonardo del “Hombre de Vitruvio” domina la plaza principal en el centro histórico. (El original está en la muestra del Louvre).
El verdadero lugar de nacimiento de Leonardo se desconoce. Pero como escribió Walter Isaacson en su biografía del artista de 2017, “la leyenda, y la industria del turismo local” se han centrado en una cabaña en Anchiano, a 3 kilómetros de Vinci, hoy un pequeño museo.
El museo se enfoca en el interés de Leonardo en la ciencia, la arquitectura y la ingeniería, e incluye varios modelos —como máquinas de guerra y de vuelo— creadas en 1952, conmemorando el 500 aniversario de su nacimiento.
En la década de 1460, Leonardo dejó Vinci con rumbo a Florencia. Allí, pintó la figura de un ángel en el extremo izquierdo del “Bautismo de Cristo” de Verrocchio. El panel de Leonardo de “La Anunciación” para la Iglesia de Monte Oliveto también data de ese periodo. Ambos están colgados en la Galería Uffizi.
Leonardo se mudó a Milán en 1482 y esta primera estancia duró 17 años, cuando era gobernada por Ludovico Sforza, un príncipe que lo reclutó para diferentes tareas en su corte.
El borrador de una carta de presentación que Leonardo escribió a Ludovico está en exhibición en la galería Ambrosiana de Milán, en el que se presenta como un experto ingeniero militar, capaz de diseñar armas que “causarán gran terror al enemigo”.
Menciona sus otras habilidades, la escultura y la pintura, como un paréntesis.
Un agregado más moderno al legado milanés de Leonardo data de 1953, cuando el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología Leonardo da Vinci abrió sus puertas con modelos de los inventos de Leonardo.
La muestra en la Ambrosiana, “Leonardo en Traducción”, se extiende hasta el 1 de marzo y se puede argumentar que es la exposición más interesante. Se centra en la propagación de la investigación de Leonardo en el siglo XIX, incluyendo escritos y bocetos.
Pinturas, dibujos y varios estudios están en exhibición.