Lo que el periódico debe traer
Análisis, contextualización y explicación son tres elementos básicos dentro del paquete de nuevos contenidos con los que los diarios impresos acompañan su proceso de redefinición, procurando marcar una línea diferenciada frente a las ofertas de los digitales.
Los tres elementos pueden estar presentes en trabajos de profundidad, como los ensayos y las notas de opinión y las investigaciones enfocadas en uno o más aspectos vinculados a hechos noticiosos relevantes, o en reportajes y crónicas que dan al lector algunas respuestas sobre el porqué y el para qué de esos episodios.
La finalidad, con estos nuevos contenidos, es la de brindar una base de información más completa y estructurada del hecho noticioso más allá de la superficialidad o la dispersión con que llegan y se difunden los contenidos en la plataforma digital, donde la velocidad de informar representa el apremio de actualidad que caracteriza a estos medios.
En estos tiempos, y parecería sorprendente decirlo, los impresos no están para competir en un escenario de “últimas noticias”, que sería la marca de la actualidad, sino para interpretar más apropiadamente y con narrativas de calidad esas historias que quedan incompletas o cumplieron su “vida útil” ante los consumidores.
Tras un torrente de informaciones que “infoxican” a los lectores, al final estos desean y buscan contenidos que les expliquen mejor la razón y alcance de los hechos, que profundicen en sus causas y sus efectos, y arrojen más luz sobre la esencial y verdadera realidad.
Al cumplir con estos cometidos, los diarios impresos también se adentran en el nuevo modelo del “periodismo de soluciones”, que se basa fundamentalmente en dar respuestas a necesidades de los lectores, tanto si se trata de entender las complejidades de una medida gubernamental que afectaría sus ingresos o su empleo, como de otros asuntos que impactan su calidad de vida o el medioambiente.
Los reportajes que se enfocan en los seres humanos y sus necesidades tienen, hoy día, una enorme atracción para los lectores, que pueden ver reflejadas sus propias vivencias en las experiencias de otros y, por consiguiente, aprender de ellas y rectificar comportamientos.
En cuanto a las noticias cotidianas, el mejor recurso de procesarlas y redimensionarlas es el de la contextualización, agregándoles elementos comparativos, datos esenciales y antecedentes, todo lo cual ayuda al lector a tener una visión más amplia de ellas.