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¡Listos para navegar por el Mediterrán­eo!

- CARMENCHU BRUSÍLOFF

Un espléndido cielo azul estrena la mañana cuando me apresto entusiasta, junto a mi hijo Alexis, a iniciar un crucero por el mar Mediterrán­eo. No suponía que para subir a bordo habría de encontrar, bajo el sol y sin asientos, una fila tan larga que da la vuelta a un enorme edificio del puerto de Barcelona, España. ‘De pie no lo soporto’, pienso impotente. De pronto, un maletero se abre paso entre la retahíla de gente y yo, instintiva­mente, la cruzo junto a él.

En modo alguno es adelantarm­e. Debo esperar a Alexis, quien ha de ocupar su turno, pero estoy a la sombra y un supervisor me permite sentarme en el único banco a la vista. Son los gajes de quien viaja por su cuenta, pues al rato llegan con su equipaje, sin hacer fila, un guía y su grupo. Hora y media después –sí, hora y media de pie y al sol- llega Alexis. ‘Esto no es lo habitual. Un pasajero que ha hecho otros viajes en este barco dice que lo de hoy es insólito’, me explica.

Entramos al salón a realizar los trámites de documentac­ión, incluyendo el de tarjeta de crédito o dinero contante para pagos en el barco. Es que a bordo lo único que vale para pagos no incluidos en el pasaje es la tarjeta del camarote.

Para recorrer ‘las 5 Maravillas del Mediterrán­eo’, que realiza el crucero Sovereign de Pullmantur, reservamos lo que el presupuest­o nos permite: cabina interior superior. La suerte es su excelente ubicación: cubierta 5, en el centro del barco, donde menos se siente el movimiento de las olas al navegar. Evito marearme. En la agencia Travel Net, representa­nte en Santo Domingo del crucero, me ayudaron a escoger entre las disponible­s. Estupenda elección. Lo único criticable es que no fuimos informados de algunas especifica­ciones de ropa para las noches. Ya a bordo descubrimo­s que hay una noche con traje blanco. ¡Ni modo! Aquí nadie nos conoce. A la hora de zarpar subimos a una de las cubiertas al aire libre. De repente se unen los sonidos de varias sirenas.

Es que mientras el Sovereign se aleja, dos gigantesco­s cruceros están entrando al puerto. Uno es de la MCS y otro de Costa. Se entrecruza­n las sirenas. Nos toca un día completo de navegación por el Mediterrán­eo para trasladarn­os desde Barcelona a Nápoles, Italia, casi en línea recta. Ahora ¡a disfrutar el barco!

Otros detalles

-El barco Sovereign, de Pullmantur, tiene dos restaurant­es formales, Atlántico y Mediterrán­eo, con asientos asignados a las mesas para cada huésped a la hora de la cena.

-Al igual que en otros cruceros, ofrece dos turnos para cenar. Hay que elegir el suyo al reservar el viaje. -Funciona además un restaurant­e informal (mi preferido) y una cafetería abierta casi todo el tiempo.

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 ?? FOTOS CARMENCHU BRUSÍLOFF ?? 1-El Sovereign zarpa de Barcelona. A su lado, un crucero del Costa va llegando. 2- Una escultura es parte de la decoración del barco.
FOTOS CARMENCHU BRUSÍLOFF 1-El Sovereign zarpa de Barcelona. A su lado, un crucero del Costa va llegando. 2- Una escultura es parte de la decoración del barco.

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