Sin gallo en la funda
En uno de esos giros caprichosos de la política nacional aparecen sobre tapete nombres posibles de compañeros de boleta.
La candidatura vicepresidencial como complemento de la presidencial.
La dinámica se ocupa del resto, y el resto es de intriga, de expectativa, e incluso de sorpresa. Aunque se hace difícil sorprender en un medio en que abundan los indiscretos.
También los que fanfarronean en las esquinas, se las dan de muy enterados y hacen de la especulación un arma arrojadiza.
Los comentarios de grupos llegan a los medios y ya se mencionan nombres, aun cuando ni siquiera se les sondea y mucho menos se les habla.
Nada nuevo, y pueden recordarse ocasiones anteriores en que alegremente se barajó a gente que no eran del ambiente político ni andaban detrás de cargos públicos.
En la lista incluyen a Pedro Brache, el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada, el Conep, como en el pasado a casi todos sus iguales. Como si importara la posición y no la persona.
Brache se enteró por la prensa, lo que lleva a pensar que no está en eso y que tampoco ha habido acercamiento con ese propósito.
Además de que no se estudian adecuadamente las coordenadas. Si Brache interesa por su posición al frente del alto empresariado y no por su persona, las ideas y las actuaciones del sector deben colocarse en primer plano.
Por ejemplo, el Conep tiene entre sus haberes la defensa de la institucionalidad, del actual proceso eleccionario y de la Junta Central Electoral.
Difícilmente pueda cambiar de ánimo, echar de lado esos principios y asumir plataformas de partidos que no se corresponden con su agenda.
El Conep convoca a los candidatos, indaga sus pareceres sobre temas diversos, pero no se le conoce ánimo de competir en un escenario que no es el propio.
Diría dad a la empresa lo que es negocio y a la política las posiciones electivas. El comunicado de Brache lo dice claro, y lo más importante, mata el gallo en la funda.