Novela fronteriza genera polémica
Durante uno de los tantos momentos desgarradores en “American Dirt”, la nueva novela de Jeanine Cummins, la protagonista, Lydia, propietaria de una librería, se da cuenta de algo estremecedor.
Lydia y su hijo de 8 años, Luca, están huyendo de su casa en Acapulco, México, después de que unos sicarios de un cártel de las drogas asesinan a 16 integrantes de su familia. Lydia crea un plan para escapar arriesgado: ella y Luca se disfrazarán de migrantes e intentarán cruzar la frontera a Arizona. Lydia se percata de que ninguno está fingiendo. Son “auténticos migrantes”.
“Toda su vida se ha compadecido de esa pobre gente”, escribe Cummins. “Con la fascinación desconectada de la realidad de la élite acomodada, se ha preguntado cuán terribles deben ser sus condiciones de vida, de donde sea que provengan, que ésta es la mejor opción”.
La nueva percepción del personaje es una provocación deliberada de la autora, que quiere que los lectores luchen con el costo humanitario de las políticas migratorias de Estados Unidos fracturadas.
“Es una historia que creo que está convenientemente alejada de los ciudadanos de este país, en este momento”, señaló Cummins, de 45 años, quien creció en Maryland y se identifica como blanca y latina.
“Esto realmente es una tragedia de nuestra creación en nuestra frontera sur. Somos absolutamente responsables de todas estas muertes. Tenemos las manos manchadas con esta sangre”.
“American Dirt” salió a la venta el 21 de enero, y recibió reseñas eufóricas anticipadas, por parte de Publishers Weekly y Kirkus Reviews, calificándola de “intensamente llena de suspenso y profundamente humana”.
Cummins recibió apoyo de prominentes autores mexicoamericanos y latinos, entre ellos Julia Álvarez, que anunció que el libro “cambiaría los corazones y transformaría las políticas”.
“American Dirt” también ha generado críticas. En el sitio web Tropics of Meta, la escritora Myriam Gurba describió que la novela estaba llena de clichés y estereotipos sobre México, retretándolo como un país anárquico y violento, invadido por cárteles de la droga y corrupción.
“Esto es como una fantasía trumpiana de lo que es México”, dijo Gurba en una entrevista.
El escritor y traductor mexicoamericano David Bowles indicó que “American Dirt” era “impreciso”. “Elevar este libro falso, escrito por alguien fuera de nuestra comunidad, es propinar una bofetada a nuestro rostro colectivo”, afirmó.
Flatiron Books, la editorial, canceló una gira promocional, porque señaló que Cummins había sido amenazada y también algunas librerías.
Cummins investigó la novela durante viajes a México. Habló con personas, cuyas familias habían sido destrozadas por deportaciones, abogados que trabajan con menores no acompañados, migrantes en albergues en Tijuana y activistas de derechos humanos que documentan abusos.
No obstante, reconoce que es una mensajera imperfecta.
“No sé si soy la persona adecuada para contar esta historia”, afirmó en su casa, en las afueras de Nueva York. En su nota de la autora, Cummins, cuya abuela paterna era oriunda de Puerto Rico, describe su temor: “mi privilegio no me dejará ver ciertas verdades” y añade que desearía que alguien “ligeramente más moreno que yo la escribiera”. Pero insiste en que los escritores de toda clase de origen no deberían evitar un tema, que se ha vuelto tan central, en la política y cultura estadounidense.
“De hecho, creo que la conversación sobre la apropiación cultural es increíblemente importante, pero también considero que existe el peligro, a veces, de ir muy lejos para callar a la gente”, afirmó. “Todo el mundo debería estar involucrado en contar estas historias, con gran cuidado y sensibilidad”.
Cummins publicó su primer libro, “A Rip in Heaven”, sobre una tragedia que golpeó a su familia en 1991, cuando su hermano y dos primas fueron atacados en un puente en Misuri, por un grupo de hombres.
Investigar y escribir sobre los crímenes le ayudó a aprender a relatar sobre el trauma en una forma que no se sintiera sensacionalista.
Comenzó a investigar para una novela sobre inmigración hace siete años. Poco antes de la elección presidencial de 2016, su padre murió de un ataque cardíaco. Pasó meses en duelo, sin poder escribir. Un día, sacó su laptop y escribió el inicio de “American Dirt”, una escena donde Luca y Lydia apenas sobreviven a los disparos, que dejan muerto al padre de Luca, un periodista que escribía sobre los cárteles de la droga, y a otros 15 familiares. Terminó un borrador en menos de un año y vendió la novela en la primavera de 2018.
Cummins comentó que cuando habla del libro trata de evitar usar términos como “ilegales” e “indocumentados”.
“Toda la ficción, toda la buena ficción, puede potencialmente desmantelar parte del lenguaje problemático que sirve, a menudo, como barrera para una conversación significativa”, afirmó. “No tenemos que elegir una etiqueta para Lydia y Luca. Son personas”.