Ante la crisis
Frente a la actual situación de salud del país y de la real amenaza a la humanidad que significa el Covid-19, los dominicanos debemos cerrar fila y, sin banderías políticas ni nadie con cartas baja la manga, unirnos como saciedad para poder salir adelante. Solo la unidad y el esfuerzo decidido de todos los sectores nacionales en el mismo objetivo, podría sacarnos airosos de esta difícil prueba, cuyas secuelas en distintos órdenes no están a la vista de ningún mortal.
El gobierno nacional, con la principal responsabilidad frente al manejo del Estado, todavía tiene tiempo de llamar al liderazgo del país, político o no, a que arribe su hombro oportuno con su aporte en experiencia, en ideas, en propuestas concretas – y hasta con sus técnicos calificados–, que muy bien pudieran ayudar a encarar con éxito la imprevista situación. Los candidatos Fernández y Abinader, que comparten el liderazgo de la oposición, han hecho determinadas propuestas públicas ante la crisis, algunas asumidas por las autoridades, sin resaltarlo.
De todas maneras, eso solo es bueno, porque el país, sus preocupaciones y las posibles soluciones a sus males nos atañen a todos.
De otro lado, el candidato oficial Gonzalo hizo su aporte, en dinero y en servicios privados de aviación. El momento es muy delicado, porque el virus actual que se pasea por distintos puntos del mundo sin previsibles estragos –en pérdidas de vidas y quiebras de economías– dice presente al filo de un proceso electoral y de una previsible alternabilidad en el poder. De ahí que el sector oficial, con la mayor responsabilidad institucional encima, debe proceder con responsabilidad y tino, para llevar la confianza de que la crisis no se va a manipular en provecho partidario, como habrían dado señales algunos actores del Gobierno.
El tema del reparto de alimentos vía los programas sociales, que hay que hacerlo, es delicado y requiere de prudencia, como amerita también propuesta del dirigente Jose Frank Peña Guaba de posponer la fecha de las elecciones del 17 de mayo por la crisis. Este último aspecto requiere de un cuidado especial, porque el 16 de agosto cesa el periodo gubernamental del presidente Medina y la institucionalidad hay que fortalecerla a toda costa. En materia de su salud, en prevención y en asistencia a los afectados, las medidas que se tomen deben ser para evitar que el sistema colapse, porque aquí, penosamente, no hay condiciones para hacerle frente a una situación masiva. ¡Dios nos libre! La prueba es grande y hay que enfrentarla entre todos.