Estilo de Billie Eilish inspira a sus fans
Mila Docheva enfrentó a la cámara, envuelta en una sudadera grande con capucha, que tenía incripciones estridentes con graffiti de neón. Su look, que publicó en Instagram, era un homenaje a su ídolo, la estrella del pop Billie Eilish.
“Cuando me visto como Billie, me siento un poco más cerca de ella”, relató Mila, de 14 años, a través delcorreo electrónico (vive en Bulgaria). “No soy una femenina. Tengo curvas y monto en patineta. Sentirme cómoda en mi piel para mi es es importante. El estilo de Billie me da el valor para hacerlo”.
Las legiones de niñas y jóvenes hacen eco de esos sentimientos. Están fascinadas con Eilish, que se llevó a casa un montón de Grammys en enero, remodelándose a su imagen y publicando looks llamativos en las redes sociales, desde lugares tan remotos, como Tbilisi y Nashville.
El número de sus fans ha aumentado desde que su primer sencillo, “Ocean Eyes”, se hizo viral en SoundCloud hace cinco años. Su influencia en el estilo, ha crecido junto a ella en la muestra contagiosa de
Instagram, donde tiene millones de seguidores. Recuerda el tipo de fervor por la moda rara vez visto, desde que los primeros videos de Madonna impulsaron a multitudes de fans muy jóvenes, a enfundarse en corsets y colgarse cadenas y pulseras.
El entusiasmo de las seguidoras de Eilish denota el rechazo de una nueva generación, de la estética coqueta, encarnada por ídolos contemporáneos como Ariana Grande, en favor de algo más improvisado y menos sexual.
A los 18 años, Eilish, que a menudo prescinde de maquillaje, prefiere una mezcolanza de looks de hiphop y skater de los años 80 y 90. Ese look hace eco en una Generación Z, cansada de despliegues agresivos de sensualidad. “Está cambiando la idea de la belleza por algo surrealista, algo influenciado por los juegos y la cibercultura”, comentó Lucie Greene, especialista en predicción de tendencias y estratega de marca.
Eilish ha minimizado, e incluso saboteado, todo aquello que durante mucho tiempo se ha considerado un requisito previo para el estrellato. Para algunos, ella es la anti-Ariana, una ingenua marimacha.
Su aspecto, paradójicamente distante y pendenciero, está aderezado por mechones de cabello azul o verde, tops y chándales con estampados desenfrenados, y referencias punk y góticas.
“Es teñir las raíces de verde y llevar la ropa más holgada de todas. Es bueno que las niñas vean que pueden tener éxito, sin usar un sostén push-up”, afirmó Rachel Gilman, una estilista de moda, entre cuyos clientes ha figurado Adidas.
La aparente cualidad real de Eilish también ha llamado la atención de los expertos en marketing. Su aparición la pasada primavera en la campaña publicitaria, “I Speak My Truth in #MyCalvins”, contrastó considerablemente con las anteriores de Calvin Klein, modeladas por niños y niñas con poca ropa.
Definitivamente se ha jactado de su originalidad. “Podría simplemente decir, sabes qué, tú vas a elegir mi ropa y alguien más dirigirá mis exposiciones en videos”, indicó en un perfil en The New York Times el año pasado. “Pero no soy esa clase de persona y no soy ese tipo de artista”.
De todos modos, parece estar muy contenta como para explotar una fascinación cada vez mayor con su bravura de la moda, asociaciándose con Freak City, una plataforma en línea, con sede en Los Ángeles, y tiendas orientadas a los jóvenes, como Urban Outfitters y Hot Topic. Ha lanzado una línea infantil en Blohsh, la tienda de Billie Eilish en internet.
Eilish ha trabajado desde que tenía 14 años con Samantha Burkhart, estilista, cuyos clientes incluyen a Katy Perry y Christina Aguilera.
“Ella disfruta la incomodidad de no encajar”, explicó Burkhart. “Eso atrae a una generación que creció harta de la música pop fabricada” que sigue algoritmos.
“En la mayoría de sus canciones habla de estar sola y asustada”, dijo Alisa Gordon, de 18 años, de Nashville. “Cuando veo sus videos, todo tiene más sentido”.
Ropa holgada y cero maquillaje van en contra de las normas.