Saldremos airosos

Me uno al coro de optimistas que cree en el futuro. Levanto la voz junto a los que confían que vamos a salir airosos de este bache sanitario. Soy de los que ve con optimismo el futuro, después que nuestros expertos logren controlar el avance de este nuevo virus. Cómo surgió. Cómo se expandió tan rápido por el mundo y cómo troncha la vida de un ser humano en tan corto tiempo, es un capítulo al que hay que dedicar tiempo en el futuro cercano. Ahora, creo oportuno aplaudir a nuestros médicos, enfermeras, laboratoristas, bioanalistas y científicos que trabajan día a día, afanosamente, unos por encontrar una cura definitiva y otros por salvar la vida de los que han resultado y los que resultasen afectados. Merecen nuestro respeto y consideración. Con precariedades, soportando insultos hasta de los propios beneficiados con su sabiduría medicinal, están ahí, 24/7, esforzándose para que ninguno de los infectados que llegue a su consulta perezca. Mediáticamente a la ciudadanía se le informa que los médicos poseen de todo, desde mascarillas y guantes hasta el medicamento que los cura. Cuando el paciente llega donde ellos, solo tienen sus manos y las ganas de devolverle la salud al paciente. Eso, muchas veces, no lo entiende quien llega creyendo que encontrará de todo en un hospital. Aun así, miramos el futuro con optimismo. Como dice el Salmo 91: “No temerás los miedos de la noche, ni la flecha disparada de día, ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol.”