Aún no termina la pandemia, pero ya la hacen historia
LOS ÁNGELES — Franklin Wong, de seis años, captó la simple frustración de ser estudiante a mediados de marzo, después de que sus clases fueron canceladas. Escribió en letras grandes de molde: “No fui a ninguna parte”, y añadió una cara triste en crayón verde y rojo en su tarea de aprendizaje a distancia.
Esta puede ser la primera vez que la tarea de un alumno de primer año tendrá como destino una colección permanente de museo. El Autry Museum of the American West, que recientemente adquirió el diario de Franklin, forma parte del creciente contingente de museos, instituciones y sociedades históricas que han comenzado a registrar este momento de incertidumbre colectiva, en la guerra contra el coronavirus.
“Los museos tienen la responsabilidad de ver a la historia de frente”, afirmó Tyree Boyd-Pates, de 31 años, curador asociado del Autry.
Jake Sheiner, de 33 años, mesonero de un restaurante en Glendale, California, que ha estado sin trabajo desde mediados de marzo, ha pintado 22 escenas de la vida en cuarentena, dentro de su apartamento, donando su obra a las bibliotecas de la Universidad del Sur de California.
En Nueva York, Mitchell Hartman, un fotógrafo comercial retirado, ha caminado por las calles, tomando fotos para compartirlas con el Museo de la Ciudad de Nueva York.
Los museos no solo buscan obras de artistas, sino recuerdos de todos —y mientras más personales, mejor. Sin embargo, algunos historiadores apuntan hacia los retos de retratar un evento de manera auténtica y desde muchos ángulos, cuando aún no hay un final a la vista. Y, preguntan, ¿exactamente de quiénes son las historias del Covid que se cuentan en estos archivos?
El proyecto del Autry sigue los pasos de la iniciativa Relatos de Colección, del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, y de la Sociedad Histórica de California, que están solicitando a sus integrantes, que documenten las experiencias del Covid-19 en California. El Museo de la Ciudad de Nueva York y el Nacional de Historia Americana del Instituto Smithsoniano también han emprendido iniciativas similares.
Las peticiones han tocado una fibra sensible. Bob McGinnis, quien a los 81 años sufre de una enfermedad cardíaca, obesidad y pulmones comprometidos, relató que sintió el llamado a compartir sus experiencias, “con fines históricos”, después de que él y su esposa, Sandi, se enfermaron de Covid-19, junto con cientos de pasajeros, a bordo de un crucero Carnival Cruise en enero.
“Esto deja claramente patente mi mortalidad”, expresó a sus hijos y nietos en un ensayo de tres páginas, el mismo que también envió a la colección del Museo Histórico
Para los museos, es el momento de reunir objetos.
Panhandle-Plains en Canyon, Texas.
El Autry está reuniendo recetas, mascarillas con motivos de nativos americanos e historias orales para su nuevo proyecto: “Recopilando la historia de la comunidad: el Oeste durante el Covid-19”.
Entre los 160 artículos reunidos, aproximadamente desde abril, se encuentra un diario ilustrado de Tanya Gibb, residente de Gardena, California, quien fue trasladada a una sala de urgencias tres veces esta primavera, antes de ser hospitalizada en los días previos a cumplir 37 años. Se sospechaba que Gibb tenía el virus, pero nunca le hicieron la prueba en dos visitas anteriores, porque no había viajado al extranjero ni había estado directamente expuesta. Esta perturbación y confusión en su vida refleja una frustración común entre muchos estadounidenses, declaró Boyd-Pates.
Una de las comunidades más afectadas es la Nación Navajo. La reserva más grande de Estados Unidos tiene una tasa de mortalidad per cápita más alta, que cualquier estado y una infraestructura y atención médica irregular. El museo está recolectando mascarillas de temática nativa, realizadas por Brighid Pulskamp, de 48 años, integrante navajo de La Habra, California. Ella tiene familiares en toda la reserva que han sido hospitalizados y envió 200 de sus creaciones a la Nación.
Boyd-Pates señaló que “captar su voz así como los materiales” en la colección de su museo demuestra “cómo existen las relaciones dentro de una pandemia”.
David Kennedy, autor de “Freedom from Fear: The American People in Depression and War, 1929-1945”, ganador del Premio Pulitzer, señala que las colecciones con temática del Covid son una buena idea. Pero, “depende de cómo se hagan”, agregó.
“Un museo exitoso de este estilo debería proporcionar un contexto y permitir a los futuros visitantes comprender el tenor y el estado de ánimo de la época, incluyendo las desigualdades raciales y de otro tipo”, señaló Kennedy.