Los romances interraciales en TV, hoy
En un episodio reciente de “Insecure”, de HBO, Molly (Yvonne Orji), de regreso en casa para el Día de Acción de Gracias y hablando sobre su vida amorosa, comparte una foto de su nuevo galán, Andrew, que tiene en su teléfono.
Con un dejo de júbilo en la mirada, la madre de Molly pregunta, “ah, ¿es coreano?”.
Es notorio que Molly, conocida por ser demasiado exigente, tan siquiera haya optado por tener una relación exclusiva, y mucho menos con Andrew, un ejecutivo discográfico asiáticoestadounidense (Alexander Hodge) que ella e Issa (Issa Rae) habían apodado “Asian Bae” (cuero asiático).
“La temporada pasada, Molly estaba decidida a salir con un hombre de raza negra; esa era su preferencia”, explicó Orji sobre su personaje.
Lo más sorprendente es que cualquier conflicto que pudiéramos esperar, a raíz de su diferencia racial es básicamente inexistente, tras quedar en segundo plano con respecto a las ansiedades de Molly sobre el trabajo y los amigos.
“Creo que esta temporada está teniendo una cita a la vez y dándose cuenta de que él está interesado en ella de una manera distinta, a la que conocía o a como estaba acostumbrada, e incluso amplía un poco su comprensión sobre sí misma”, explicó Orji sobre Andrew.
“Es lo que buscas en cualquier relación, independientemente de la raza”, añadió.
La relación Molly-Andrew es parte de una tendencia cultural más amplia, en la que las mujeres de raza negra, particularmente las de tez muy morena a oscura —durante mucho tiempo, posicionadas en el fondo de la jerarquía estética y social en Estados Unidos— están apareciendo cada vez más como protagonistas en las relaciones interraciales en la pantalla.
En muchas formas, estos romances se resisten al prejuicio racial en el mundo real. En 2014, el sitio web de citas en línea, OkCupid actualizó un estudio que arrojó que las mujeres afroestadounidenses eran consideradas menos deseables, y recibían menos likes, que las mujeres de otras razas.
Más tarde, Rae abordó esto de lleno en un capítulo de su libro, “The Misadventures of Awkward Black Girl” (Las desventuras de una chica negra rara). “Las mujeres de raza negra y los hombres asiáticos están en la parte inferior del tótem de las citas en Estados Unidos”, escribió.
Ahora Rae interpreta a Leilani, que trabaja en publicidad y está saliendo con un cineasta (Kumail Nanjiani) en la nueva comedia de misterio policial, “The Lovebirds” (Dos tórtolos), en Netflix.
El año pasado, cuando la cadena ABC transmitió una nueva versión de “The Jeffersons”, cuyos personajes incluyen a la pareja interracial Tom y Helen Willis, tuvo sentido el que Kerry Washington encarnara a Helen.
Washington no solo aportó peso al remake, sino que su inclusión en el reparto, también fue un guiño a su papel innovador en “Scandal”: Olivia Pope, una experta en manejo de crisis de Washington, D.C., que está involucrada sentimentalmente con el presidente de Estados Unidos, Fitz Grant (Tony Goldwyn), quien es blanco.
La exitosa serie de Shonda Rhimes hizo historia, con la primera mujer protagonista de raza negra, en un drama de televisión abierta, en casi 40 años. El retrato apasionado de esa pareja reconoció la diferencia racial solo para hacerla trascender. En las últimas temporadas, Fitz estaba tan enamorado de Olivia que sacrificó su matrimonio y llevó al país al borde de la guerra para rescatarla, cuando fue secuestrada. “Estamos en un momento en el que realmente podemos luchar con los matices complicados de dos personas, que se unen a través de divisiones culturales y deciden estar juntas por elección propia”, expresó la actriz.
En última instancia, ninguna de las narrativas interraciales pueden compensar el violento pasado racial de Estados Unidos. La tendencia sigue siendo en gran medida simbólica, con las mujeres de color aún en el peldaño más bajo de la escala socioeconómica.
Pero de vez en cuando estos romances nos dan algo por la que alegrarnos: un final feliz, en el que el hombre reconoce y comienza a desenmarañar su privilegio racial, no solo por amor, sino porque es lo correcto.
Hay un esfuerzo en la pantalla contra el prejuicio.