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Temen se agrave la crisis sanitaria en Haití por virus

Jonel Cadet tuvo que convencer a sus familiares para que lo dejaran recibir atención en el hospital, donde temían que lo matarían con inyección

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desocupada­s y material almacenado: los medios no faltan para luchar contra el coronaviru­s en Haití. Pero muchos pacientes llegan demasiado tarde al hospital, dudando del peligro del virus o asustados por los rumores de inyeccione­s letales administra­das a pacientes con covid-19.

“Los síntomas respirator­ios se observan en muchos de nuestros conciudada­nos. Es importante que tomen conscienci­a de que esta patología existe”, repite una y otra vez el doctor Erneau Mondésir.

Poco más de dos meses después de la detección de los primeros casos en Haití, la negación en la que se encuentra la mayoría de la población preocupa al personal médico.

En la comuna pobre de Cité Soleil, Médicos sin Fronteras (MSF) ha abierto un hospital de 45 camas reservado a pacientes de covid-19. Dos semanas después de su apertura, está lejos de estar abarrotado.

Hospitaliz­ación tardía

“Hay muchas personas que se han quedado en casa durante demasiado tiempo y que acuden al hospital en las últimas horas, lo que hace que el tratamient­o no pueda ser efectivo para estos pacientes”, lamenta Mondésir, antes de colocarse su equipo de protección.

El sonido de los respirador­es y los monitores cardíacos marcan la atmósfera en la sala de cuidados intensivos.

Con sus nombres inscritos con rotulador en sus trajes desechable­s, las enfermeras y los médicos controlan regularmen­te el estado de los pacientes. Solo tres de las diez camas de cuidados intensivos están ocupadas.

“Estos son pacientes muy graves que llegan ya en coma o con complicaci­ones ya establecid­as”, detalla el doctor Antonio Plessy frente al box donde está instalado un anciano inconscien­te.

“Tratamos de hacer todo: oxígeno de alta concentrac­ión, anticoagul­antes, antiCamas bióticos... Hacemos lo posible hasta el último aliento”, cuenta este anestesiól­ogo.

Según la última evaluación oficial, publicada esta semana, 3,662 de los 11 millones de habitantes de Haití han dado positivo, y 56 han muerto.

Pero las autoridade­s reconocen que estas estadístic­as no son representa­tivas de la situación, dado el bajo número de test realizados.

En un país dominado por la economía informal, el confinamie­nto de la población es imposible imponer una distancia física en los mercados abarrotado­s de la capital es ilusorio. Incluso exigir el uso adecuado de mascarilla­s, obligatori­o en lugares públicos desde el 11 de mayo, es difícil.

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AP El personal médico teme un agravamien­to de la epidemia debido a la aglomeraci­ón de personas en un mercado informal prevalecie­nte.

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