¿Cómo alimentas a tu ángel?
Estos tiempos han sacado los ángeles o demonios internos. Ceder, negociar bajar los egos, soltar y relajarse es esencial para mantener relaciones saludables, cuando identificas que el viento no te favorece ajusta las velas cambiando tu actitud. Aguardar, saber cuándo sí y cuando no, es de sabios. Hacer pausa para mirar tus acciones en distintos sectores de tu vida y desde dónde toma tus decisiones, qué influye más tus traumas o las fortalezas que muchas veces no ves. Elecciones erradas se toman con frecuencia cuando hay limitaciones internas producidas por razones físicas, es inteligente visitar un facultativo o psicoterapeuta que aporte claridad. Albert Einstein: “Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de conciencia en el que se creó”.
Las heridas del camino crean temores, bajan tu autoestima y te alejan la posibilidad de tomar decisiones acertadas encaminadas a vivir con la dignidad que mereces. Alimenta tu ángel siendo amable contigo y con los demás. Lo nutres cuando te sientes bien con tus decisiones asertivas. Cuando eres empático, no significa que bailes al son que otro toque, especialmente si no suena la música de valoración y deferencia. Mantén tu vibración alta. ¡Salud!